La llamada plaça Nova de Barcelona se comenzó en 1355 cuando se derribaron varias casas que había delante del palacio episcopal, según consta en documentos conservados en el Archivo Municipal. Se terminó en abril de 1358 y en ella se hacía el peso de la paja, lo que daría el nombre a la calle cercana que se denomina de la Palla. Debido a esta reforma, se descubrieron las torres que servían de resguardo a una de las puertas de la ciudad romana, en concreto la Porta Decumana . Esta plaza sufrió una profunda transformación tras la remodelación que se efectúo en el barrio después de la Guerra Civil (1936 - 1939). Se hizo mucho más grande, es la actual plaza que hay frente a la Catedral y sus edificios más nobles se desmontaron piedra a piedra para ser reconstruidos en nuevos emplazamientos del Barrio Gótico.