En esta muestra quiero expresar los colores de nuestro desierto, montañas, valles, salares, lagunas, pueblos, iglesias y cementerios, donde el paisaje a ratos cambia de árido e inhóspito en verde, fértil y tan lleno de colores.
También hay un poco de los pueblos y lugares que alguna vez fueron habitados, como las oficinas salitreras hoy abandonadas como pueblos fantasmas que están llenos de recuerdos y emociones.
Las iglesias y cementerios que aparecen en despoblados lugares como un oasis en medio de la nada, donde se guarda el color de la muerte, el sabor de lo religioso y la soledad.
En el silencio de este norte tan árido donde el color florece, donde sus riquezas están a la vista , donde sus paisajes me atraparon de forma casi hipnótica y silenciosa, mi obra trata de aportar un poco de luz de esta hermosa realidad y transmitir un poquito de ese edén casi Divino.