Cuando caminas con los ojos abiertos, todos los días ves cosas nuevas. La voz que partió del dolor, que estuvo atrapada por sus propios miedos florece a través del miedo y del dolor, y reverdece, mirando al sol. La vida y sus circunstancias son como la luz del sol, que hoy se oculta, pero mañana saldrá de nuevo.
Aunque haya dolor, aunque haya temor, saldrá el sol y la voz seguirá floreciendo.