“El hombre es la medida de las cosas”, así como el hombre del renacimiento buscaba la comprensión de su mundo, la voz nueva busca la reconstrucción de su ser. El universo la rodea por todas partes y ella comprende que sólo puede conocerlo desde si misma. Sólo conociéndose ella.
Con la fuerza que le dio el dolor, con la valentía que le dio el volver a levantarse y el temple que le dio el reconocerse, la voz se mide y mide al mundo, ensanchando su horizonte.