... un sistema constructivo sirve de base a un trabajo pictórico prácticamente gestual. Pero, precisamente, lo que a Onofre Frías le interesa es construir la superficie de la tela a partir de varios procesos, no en el sentido histórico-plástico de una tendencia. Un proceso es la preparación meticulosa de la tela como primer soporte, a este le cubre con una seda que en el transcurso de la realización le permite lograr transparencias y blancos inusitados. Sobre esta doble superficie, canvas y seda, trabaja las imágenes desde adentro hacia fuera, proyectando el esplendor del color, rojos, verdes, amarillos, azules, en matices infinitos. La seda queda entrelazada a las formas y en los espacios donde ella queda libre de pigmento, se crea una atmósfera plásticamente activa a partir de su grano imperceptible.
Situarse en el ámbito de la producción plástica planteando una propuesta formal que desafía el post-modernismo, lo coloca en posición de crear una obra muy personal basada en la toma del espacio geográfico como iconografía subyacente. Es un camino para realizar una obra de resonancia nacional, pero con repercusión universal. Moverse del tratamiento del tema como lazo independiente, forma parte del concepto global de un trabajo pictórico que se nutre de experiencias pasadas. Puede el tema situarse en el campo de la naturaleza muerta, pero en su caso, ligada a los cambios que el post-modernismo ha propuesto, así como a las innovaciones artísticas más actuales. Seleccionar una forma, la flor, tal vez una de la más voluptuosa, sensual y emblemática de la naturaleza americana e identificarse, sensible y plásticamente con ella, le ha llevado a conferirle un valor de signo-símbolo simultáneamente, sin que esté ausente su carácter enigmático.
La obra de Onofre Frías contempla y encierra una motivación humanística recuperadora de la noción de la cultura local a partir de imágenes irremediablemente autosuficientes y universales. Su espíritu humanista revive ciertas ideas y fórmulas que le han permitido emancipar la forma del fondo, llegando hasta aspectos esenciales de su propuesta, donde se unen, paradójicamente, diferentes recursos formales y la idea que tiene del mundo y de la naturaleza. En ese sentido, encontramos un concepto contrapuesto que va de lo racional a lo emocional, o sea, de la razón a la intuición. Proceso que Frías califica como de problematizar el espacio. El se ha planteado resolver sus asuntos artísticos a partir de una visión etnoplástica, o sea, la identificación de la esencia de su cultura mestiza local con una concepción planetaria del arte y del pensamiento. Se propone, a si mismo, ordenar el caos y caotizar el orden, en el sentido de limpiar, visual y conceptualmente, el estereotipo que tiene de lo caribeño fuera de las fronteras de la cultura mestiza del Caribe.
Bélgica Rodríguez