Flores místicas
Flores con ritmo caribe, signo de la creación plástica de la obra de Onofre Frías. En su proceso de creación el artista habla del collage, del sistema constructivo de su proceso pictórico, “el cuadro ha sido producido para que no se perciba que ha sido elaborado”. Más allá de toda gestualidad, cada flor parece haber llegado allí como un estampado directo. Así como es en la naturaleza. El uso de la seda como elemento intermedio entre el canvas y la pintura le proporciona a la obra un inusitado aspecto elaborado. “Yo insisto en avanzar en la técnica, eso me permite darle a mi trabajo otras lecturas.. Aunque la postmodernidad se plantee otras cosas, yo la desafío manteniendo mi técnica y perfeccionándola”.
“La flor es uno de mis actores, y como actor lo modulo, lo transpongo, lo niego, lo recompongo, lo riego. Es como un poeta que domina su verbo, él escribe con el verbo que conoce, no lo va a inventar cada día, lo negará, pero lo seguirá usando. No me siento distante de la naturaleza, me interesa lo orgánico. Nunca seré abstracto absoluto. La flor puede ser una excusa, es la ofrenda para la ritualidad. En el kitch popular, la flor no falta como elemento. Mis flores representan las deidades, los santos, el afecto que hay entre un humano y otro. Ellas se vuelven sonido, se vuelven partituras. Ya no me preocupan si son flores o sonidos, me permiten abordar el estereotipo del trópico, de nuestro colorido interno. Lo que voy a exhibir en el Ateneo es puro “Caribbean Full Color”.