Blancag - 2009-02-09 00:00:00
Hermel nuevamente por tu galeria,Me uno a la crítica vertida sobre esta obra, un sin fin de mensajes que hablan mucho sobre tu infinita soledad, considero esta obra como una composición plástica muy metafórica, por los planos de interpretación que me brindas, en la escaleras las teclas de un piano como dice Jorge, desvirtuan la mirada en el escenario, luego escalones no tienen principio ni fin tal vez la evocan la sinfonía del silencio, ventanas que dejan ver una luz que no termina de entrar, paredes casi ondulantes, casas en secuencia planas vacías que me proyectan un tenebrismo interior donde la soledad se apropia del espacio, una mujer taciturna, meditabunda, escondida, en su propio yo un cuerpo voluptuoso casi deforme, con una espalda encorvada, agobiada por el cansancio y al aflicción del dolor espiritual, todo un drama pero a la vez mucha riqueza simbólica. La mancha a la derecha de la ventana como indicando un escape un "Ya Basta" no aguanto más.
En cuanto a la composición cromática hacen que la obra sea muy original dentro de este estilo y atrape al observador. Como dice Jorge "...encuentren un sereno equilibrio en la atmósfera de la obra, recrea un personaje solitario.." en su propio mundo.
Obra muy enigmática. Interesante.
JORGE-ERNESTO - 2007-07-19 00:00:00
Soledad que se busca no es soledad, soledad que te llega sin desear pinta colores tristes en la oscuridad. En este caso, el pintor rodea a su personaje de una atmósfera acompasada por el color.
Personaje desnudo, atrapado en sus pensamientos, a solas en su laberinto, escaleras, rombos, colores, estancias con geometrías sugerentes, y en medio de todo la sombra de un pensamiento, una mancha de color negro que se alza a la imaginación, mientras van sus pasos descalzos sobre una superficie que simula teclas de piano, nota que viste la escena para distraer a la mirada de los intríngulis en el trance de la soledad.
Melodía de soledad, una hermosa metáfora, donde la exaltación del episodio excede al equilibrio del realismo – expresionismo, favorece el impulso mimético del personaje, semblanza interpretativa del momento, orientada a consumar el propósito de expresión artística que el pintor pone de manifiesto en esta obra.
Hermel Orozco, logra que el drama y el color encuentren un sereno equilibrio en la atmósfera de la obra, recrea un personaje solitario sumido en no se sabe que sobre unas teclas del piano, busca representar un marcado rasgo expresionista en la figura sin rostro que se refugia en el anonimato, que invita a la contemplación en su contraste, resaltando la expresión del trance emotivo.
El pintor no aspira a buscar la semejanza literal en el realismo de la figura, sino más bien a su amorfidad aparente le añade emotividad y le incorpora distensión en la distracción espacial del habitáculo, sumándole un elemento relacionado con la música como el teclado de piano sobre el que discurre la vivencia, lo que le da un giro de sugestión psíquica, un toque emotivo con aire de ingenuidad, forjando una interesante contradicción en la composición.
Esta obra lleva impreso, sin duda, un marcado acento expresionista para revelar el ánimo y el carácter del personaje aludido, atemperando con el color los extremos del motivo. Interesante interpretación de la idea con colores que podrían haberle hecho perder el compás, pero no, hay equilibrio y solvencia en la composición y su ejecución.
¿Y la llave?, ¿Sabrá ella cual es la melodía de su soledad?. Quizá sólo quiera encontrarse a sí misma.