Goyo - 2007-06-15 00:00:00
Este entrecruzamiento y yuxtaposición de formas que conforman una dinámica de rompecabezas tienen una finalidad claramente decorativa pero al mismo tiempo un valor plástico muy concreto, el de maximizar el potencial de color como una fuerza expresiva, tal y como propugnaba el grupo parisino Abstracción-Creación, aunque éste hacía mucho hincapié en planteamientos geométricos .
Este magma cromático hipnotiza nuestra mirada pues la abstracción se transforma en espectáculo visual que va descubriendo un amplio amanecer. No nos fuerza a una tensión emocional, sino que nos hace navegar sobre un universo en que el contraste de colores, tan pacífico y soñador, nos inunda la visión y ésta nos conduce a la ensoñación, al descanso, a la calma, al vuelo de una imaginación que necesita esta imagen para la transformación de un pensamiento atado a una realidad carente de esa dimensión.
Obra exultante, que nos induce a disfrutarla, a recibir su sensualidad y su belleza panorámica como un descubrimiento en que la mirada es un explorador que penetra en una jungla en la que los pigmentos y tonalidades semejan ríos, bosques, espesuras y montañas.
Una excelente muestra de una concepción plástica muy determinada.