me gusta cerrar los ojos en las alturas para sentir el desequilibrio de la vida, saborearla desde la punta de los dedos para zarandearme y respirar con ella. Abrir el pecho para acogerla en mis entrañas y arrancarle un abrazo. Sentarme junto a ella, besarle y acompañar su soledad. Agarrarla y tomar su aire, emocionarme y sentir su esencia. Llenarla de música, olores y sabores para suspirar con ella.