rafaelpiedehierro - 2008-02-21 00:00:00
M. Mata, que no es en vano uno de los más prometedores escultores de la nueva generación, se entrega asimismo, en los ámbitos de una abstracción que traiciona, en su mismo rigor, la existencia en el artista de una rica poética espiritual ( la ascética, cuando es virtud, se sostiene en el paralelismo filo que separa a le nada de la plenitud,) al peligroso ejercicio de un equilibrio de masas al borde de lo imposible. La álgida tensión de líneas y volúmenes traduce aquí, con acierto pletórico de fuerza, una equivalente y casi insostenible tensión mental. Querido creativo su mente no descansa, para nuestro bien. Gracias, enhorabuena un abrazo.