La existencia es puro impulso, pero también fortaleza, energía que cambia, transmuta, reordena y desarrolla nuevos conceptos vitales.
Expresividad, color, intensidad, vibración, seres que se mueven a impulsos, formulación energética de la existencia de lo vital.
Todo es energía porque forma parte de la esencia de la evidencia. No hay materia sin energía, pero no a la inversa.
Puede existir energía sutil espiritual que no es constatable y que no posee materia que la cuantifique, pero, sin embargo, incide y determina el origen y el final transformador de todo lo existente.
Está en todas partes, constituye la estructura y las cualidades de los seres vivientes, pero no se puede congelar.
Imagen vital, expresividad, seres vivos, animales, vegetales, seres imaginarios o no, de este planeta que danza la danza de los vivos, en un contexto energético cromático, de rojo intenso, azul sugerente y otros colores y tonos llenos del laberinto de preguntas e interrogantes, pero siempre en el torrente en la senda de la cascada de la vida potente.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA)