Aminta - 2007-06-05 00:00:00
la sensacion de impotencia que me transmite este cuadro me siguio ayer todo el dia, me pasa como a Carlos , esta imagen no me deja, no supe ni sabre concretamente que escribir , solo que es una pieza extraordinaria, que te sujeta, te paraliza, y no te deja....
esta pieza reclama, protesta, grita, sin que las figuras protesten o griten....
CarloS - 2007-06-05 00:00:00
Pasados ya dos días, la visión de esta obra aun me repite, He entrado ya tres veces en la página exclusivamente para verla. Creo que repetiré aun tres veces más.
Goyo - 2007-06-04 00:00:00
No cabe duda que es una obra compleja y que a pesar de tener una fuerte encarnadura figurativa no es exclusiva, pues la ultilización de otros materiales junto con el óleo como principal, la hacen entrar en diferentes contextos, incluso alguno muy cercano a lo conceptual.
Trabajo muy meditado, podemos obeservar que a una representación corporal muy clásica y perfectamente modelada -se vislumbra la huella de Velázquez quizás como un homenaje y al mismo tiempo como una señal de su modernidad- se une, en una composición compartimentada deliberadamente, abstracción y elementos escultóricos. La cabeza del cuerpo frontal encapsulada, a modo de una falsa aureola, es una clara referencia a un misticismo religioso cerrado en si mismo, clausurado. Los otros dos torsos colocados de perfil y sus cabezas rodeadas como una tela de araña reflejan la negación de si mismos. La parte inferior del lienzo semeja, por una parte, a dos radiografías de lo que está en nuestro interior. Es tan poco que casi no se aprecia, y lo que se ve son manchas, como metástasis en crecimiento. Y la zona central nos remite a un agujero prácticamente negro, símbolo de nuestra génesis y destrucción, o de una huida hacia el éxtasis.
En definitiva, una obra madura, que organiza sabia y visualmente los distintos segmentos que la configuran, para que nuestra mirada no pueda apartarse de ella ya que nos lleva a la reflexión y también a la recreación de un proyecto que anuda y liga distintos imaginarios y cauces estilísticos, que interrelaciona lo clásico y barroco con lo moderno y postmoderno, casi como un compendio de una historia de la plástica que debe integrarse y no desgajarse.
Felicitaciones.