El ocaso es un volver a empezar el círculo, ocaso de la historia, ocaso de los dioses, ocaso ilustrado, pero, después, vuelta a iniciar el ciclo energético.
Nelson Rolando une el ocaso ilustrado con el ocaso de los dioses, pero, siempre, con el amanecer del nuevo día, de la nueva era, de la nueva vida en el centro de la imagen.
Es un mundo que posee caducidad, pero que nunca se acaba, porque los ciclos continúan.
Lo que no existe no solo es lo que no se ve, sino también lo que ha existido pero ya no existe, porque no hay restos materiales que lo identifiquen.
Hay existencia de lo pasado si hay restos, cuando no hay restos, existe el pasado imaginario, pero, a la vez, la imaginación es parte de la realidad.
Imágenes en torno al ocaso es repetir la historia que otrora pasó y que ahora vuelve a pasar. Son ciclos, hay vida después de la vida.
La anécdota es lo que existe, porque, en realidad, la verdadera evidencia es la complejidad de la suma de existencias.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA)