Esta pieza habla de una suerte de imagen mental de la mayoría de las personas del sexo masculino que practican el machismo. En este caso el personaje de Giovanni Arnolffini se le ve en una situación donde su percepción metafísica de la realidad lo hace ver a su familia como un grupo de marionetas a las cuales puede manipular a su antojo. Aquí hay una constante ambigüedad entre lo soberbio y lo ridículo. La solemnidad de su pose que es imitada por el personaje femenino contrasta con su pobre y limitada percepción de la realidad.