“En esa cámara hay mucho de silla y poco de Borges, querido contertulio. Empieza a preocuparme el elevadísimo índice de suicidios en el gremio de los fotógrafos de realidades innecesarias. Lo que antes llamábamos sueños, ahora se tasa a 2 euros en cualquier oficina de saturación kr3atiba. Con absoluta indiferencia declaro que no volveré a escribir más. La ceguera sí que abre latas. Latente queda mi queja, mas no las exclamaciones de aquellos cantos que intenté compartir en la cola del paro. Toc, toc. Alguien llama a la puerta. Tal vez sea la palabra pensada.”
-¿Qué desea usted?
-Vengo a robarle el alma.
-Lo siento, llega usted tarde, me la robaron por contagio.
“No me busquen más en libro alguno. La cremación es la única alternativa a 980 °C que puede garantizar la expulsión absoluta del alma.”