Prisionero en el tiempo, narra la historia de quien es prisionero de un tiempo pasado, pero que forma parte de una evidencia que surge de la esencia, es decir que su origen y desarrollo es estructura de la propia historia.
Leopardo, ramas, alegórica y poesía, formulación de una relación psicológica, el subconsciente chamánico le convierte en animal salvaje, en leopardo que se encuentra aprisionado por la rama de la vegetación densa y rebelde, siendo parte de la llamada de la selva.
Es historia en sí mismo, porque no hay evolución sin historia, pero se cae en el paradigma de ser o estar prisioneros de este paso del tiempo, del movimiento, retrotrayéndonos al pasado. Aunque, también, es un anclaje que parece ser devoción de los orígenes, insinuados por la esfera y el óvulo materno.
La esfera, origen extraterrestre de la vida; la presencia del gran óvulo, es decir nacido en el vientre de una madre, mamíferos somos.
No hay libertad, somos partes del karma, pero este se puede superar y podemos conseguir ser el animal chamánico en plena consciencia, sin alegorías fantasiosas, sino el instante preciso en el que nos convertimos en la alegoría misma anhelada.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA)