Retrato de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez.
Esta obra pretende ser una interpretación del Velázquez de Las Meninas. Es un Velázquez reflexivo, que mira más allá de los límites del cuadro y establece a su vez un diálogo con el observador revelándole el secreto que se esconde tras su mirada y convirtiéndole, desde ese mismo instante, en testigo de excepción de la obra. En sus ojos se puede apreciar el reflejo de la escena que contempla.