En aquellos momentos en que la multitud te parece atractiva, el caos, el desorden y el desprecio de todos hacia todos, te parece atractivo. Increíble poder tocar las respiraciones de los demás, o poder ver los pensamientos vacíos de esas personas con pasos sincronizados, resulta tentador. Es simple, sentir que nadie te observa, y tu mientras tanto, absorber por todos los sentidos sin ninguna otra preocupación que sentir como se para el tiempo, y solo para ti, gozar de esta sensación y percibir otra extraña realidad, o tal vez no lo es tanto, pero es estimulante sentir como las pulsaciones se paran junto al segundero, rodeada de personajes que por el contrario, su corazón arrítmicamente late inerte y parece funcionar como un muñeco al que se le da cuerda al sonar el despertador, cada día durante el resto de su vida. Y tu, que has decidido regalarte suspiros, caminas descalzo por el asfalto siguiendo tu propia sombra, traficando con las ideas para recoger tus sueños