Al buscar temas para pintar por el Maremagnum de Barcelona, cargada con mis bártulos, di con
ellas. Coquetas y divertidas cruzaron su mirada con la mía y se colocaron frente a mi, sin mediar palabra supe que ellas querían ser pintadas, probaron entre risas varias poses y me miraban sin querer mirarme y adivinaron mis gustos y posaron alegres y divertidas.