En Arte, se habla de una obra u obras académicas, cuando en éstas se observan las normas clásicas establecidas, generalmente, por una Academia de Artes. Las obras académicas suelen hacer gala de una gran calidad técnica, pero escasa creatividad. El anti-academicismo suele ser, en cambio, signo de rebeldía y de renovación.
El academicismo es una corriente artística que se desarrolla principalmente en Francia a lo largo del siglo XIX y que responde a las instrucciones de la Academia de las Artes de Francia y al gusto medio burgués. No deja sin embargo de ser una degeneración del Clasicismo. Se huye del realismo (esto es, de los aspectos mas desagradables de la realidad), pero carece de la grandeza del Clasicismo.
Se utilizan los mismos patrones una y otra vez ya que no se busca una belleza ideal partiendo de las bellezas reales, lo cual es propio del Clasicismo, que resulta ser un idealismo con base en la realidad por su suma de experiencia.
El academicismo no es lo bello ideal pero tampoco es lo feo; únicamente busca objetos para ser consumidos. Se trata de representar idealmente la realidad a fin de manejarla o controlarla.
En general, el poder y las instituciones francesas favorecieron estas tendencias porque no generaban problemas; ésta es la causa por la que posteriores regímenes políticos totalitarios impulsaron su recuperación.