El simbolismo fue un movimiento literario y pictórico iniciado en Francia y Bélgica en las décadas de 1880 y 1890 hasta principios del siglo XX como reacción contra el naturalismo y el parnasianismo. Desde él algunos autores evolucionan hacia el expresionismo.
En Un manifeste littéraire ("Un manifiesto literario"), publicado en 1886, Jean Moréas definió este nuevo estilo: "Enemigo de la enseñanza, la declamación, la falsa sensibilidad, la descripción objetiva" (Ennemie de l'enseignement, la déclamation, la fausse sensibilité, la description objective). La poesía simbólica investiga para "vestir la Idea de una forma sensitiva" (la poésie symbolique cherche à vêtir l'Idée d'une forme sensible). La literatura simbolista posee intenciones metafísicas, intenta utilizar el lenguaje literario como instrumento cognoscitivo, por lo cual se encuentra impregnada de misterio y misticismo. Intentaba encontrar lo que Charles Baudelaire, gran poeta de este movimiento, denominó "correspondencias", las secretas afinidades entre el mundo sensible y el mundo espiritual. Para ello utilizaban determinados mecanismos estéticos, como la sinestesia.