EL ARTISTA DILETANTE Y SU PROCESO
19 de Febrero del 2008 a las 06:39:30 1 Leído (595)
EL ARTISTA DILETANTE Y SU PROCESO
El proceso vivencial del “artista” en la fase de aprendiz, es el comienzo de intereses, dudas y conflictos, que deben ser resueltos en el momento en que se presentan, ya que de esto depende el crecimiento, o estancamiento, de dicho sujeto.
Actualmente el fenómeno de la racionalidad versus la sentimentalidad, genera un fuerte choque entre el “ser” y el “querer ser”, ya que se otorga un poder sobrevalorado a lo que en la antigua Grecia se llamaba: “musas” y lo que hoy designamos absurdamente como “sensibilidad”, sin detenernos siquiera a desglosar el contenido real de la palabra “sensible”, y las consecuencias de la mala utilización de esta. Cuando el aprendiz de artes se inicia en los caminos de profesionalización de manera formal o informal y pasa de ser un tiletante profesional, comienza la fase mas complicada del proceso; la creación de proyectos planeados y justificados, los cuales son un requerimiento y una exigencia de las instituciones que oficialmente se encargan del manejo “cultural y artístico”, de lo que llegara o no al publico según decisiones ajenas a la suerte de los productores de arte. Ya que escribir, pintar, o realizar cualquier otra actividad artística, tomada con seriedad y disciplina requiere de concentración y constancia, lo cual lleva a muchos a la desilusión de ser un autentico profesional, ya que en vez de relajación, produce una tensión mayor al estudiante de estas disciplinas, debido a que el “Hobbie”, se convierte en trabajo real y con frecuencia una carga pesada que no cualquiera, traerá el resto de su vida sobre la espalda. Decisión difícil para quien comienza sin conocer ni intuir el mundo de conflictos y esfuerzos por los que el artista profesional debe pasar a diario, como tener una buena semántica, sintaxis y pragmática, y en si todo lo que tiene que ver con el desarrollo temático y técnico de la obra. Aquí es donde empieza el problema de si ser artista es una realidad alterna, que puede ser tomada y llevada a cabo como decisión de vida, o si tan solo es una utopía para el hombre común, quien no tiene las agallas de tomar ese sendero, al que no cualquiera accede; parafraseando el texto de Alberto Argüello, titulado “La utopía del arte puro”, retomaré la parte en la que habla sobre la necesidad del arte, en donde textualmente dice: “Tendemos a olvidar que el arte divide con tanta frecuencia como une, y que si se convierte en factor social es por obra y necesidad de la propia sociedad”. He aquí un punto esencial para el desarrollo de este tema, el cual es convertido en mera pragmática; hablo del carácter social del unir y del separar.
El hombre que decide el arte como “Modus vivendi”, se enfrenta a la sociedad capitalista, de la manera mas directa y cruda que se puede suscitar; ya que la realidad monetaria de cómo subsistir de la obra personal y no del trabajo artesanal y decorativo por encargo de un particular (Bodegones, retratos, etc.….) se convierten en un obstáculo de dimensiones inmensas, muy difícil de vencer si no se esta plenamente convencido de la carrera que se quiere empezar profesionalmente. Los tropiezos pueden ser muy bruscos y nublar con aires de desilusión, al joven que pretendió oníricamente convertirse en ese ser absurdo, andrajoso, divagante y supuestamente espiritual, con ínfulas de gurú o nuevo profeta; el cual es en nuestra realidad cercana, una imagen inexistente pero engañosa para aquellos que apenas se acercan al sistema artístico. Muchas ocasiones los jóvenes que pretenden ser productores de bienes artísticos tienen que buscar el sustento en trabajos o empleos comunes, para con esto mantener la producción y manufactura de sus productos, tanto a nivel escolar como profesional; muestras innumerables no las ha dado la historia en varias ocasiones; artistas mantenidos por familiares o mecenazgos, como es el caso de Van Gogh, quien en vida no tuvo mayor difusión comercial, comparado con la mayoría de sus contemporáneos; y como este varios casos más, que nos llevaría demasiado tiempo mencionar y los cuales serian un ensayo completo, el cual no desarrollare ahora.
Volviendo al tema central y en busca de más respuestas, tenemos nuevamente la decisión al aire, esperando encontrar alguien con el carácter necesario para enfrentarse a ella. El poder de decisión del artista creador debe ser ecuánime y unánime, ya que este binomio engloba características severas para desarrollar la profesión.
Debemos detenernos un poco y analizar, aquello que decía Talcott Parsons acerca de la cultura “… la energía y los recursos materiales condicionan la acción, pero la cultura la controla y orienta” y en busca de este control, condiciona, valida o invalida todos aquellos productos que los miembros de una sociedad realizan ya sea para su beneplácito baladí o para mitificar históricamente su periodo vivencial para socialmente buscar su propia identidad, ya que la asimila como una consecuencia natural de los procesos simbólicos, para poder realizar acciones tales, como clasificar, denominar, distribuir u ordenar la realidad a partir de la llamada memoria colectiva. Es aquí donde nuestro sujeto de estudio, el “diletante” debe prestar atención a las actividades que se desarrollan cerca de el. Mirar a su alrededor será de verdadera importancia para encontrar su verdadera vocación y conformar parte de la colectividad gremial, de un cierto circulo, sea el artístico o cualquier otro, que a sus capacidades, gustos e intereses competa. En resumidas cuentas, el diletante forma tan solo una fracción de un cumulo de expectantes que pretenden aplicar sus aspiraciones al mundo artístico y de creación individual y/o colectiva, sin afán real de trascendencia.
Luis Alfonso Hurtado Ramírez.
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FERNANDO RODRIGUEZ ROJAS 2008-02-18 00:00:00
Estimado Luis Alfonso, creo que cuando mencionas "TILETANTE", te refieres a un "ARTISTA DILETANTE" o "AFICIONADO" a las bellas artes,que aun no se decide a ser un artista profesional, algo asi como un hobby desinteresado para matar el tiempo, como las abuelitas, que se dedican a tejer en una mecedora mientras les llega la parca sin importarles para nada que se les reconozca su quehacer artistico.
A excepcion de esta palabra mal escrita por un dedo travieso, todo lo demas me agrada de su excelente articulo.