Comentario realizado por: Gregorio Vigil-Escalera Alonso - 2008-01-25 00:00:00
Título obra: Longina Dominguez Pérez - kllo En esta obra, desoladora, cruel y desapacible, se percibe la vejez más que nunca porque es al llegar a ella cuando la medida del tiempo alcanza y hace presente toda su dimensión. La Edad Media despreciaba la decadencia humana y la juzgaba particularmente repelente en las personas de edad. Así se refleja en estos autores. Odin de Cluny decía que el cuerpo entrando en la vejez es cuando ya se convierte en un saco de excrementos. Olivier de la Marche lo proclama en un poema: "Esas dulces miradas, esos ojos hechos para agradar, Pensadlo bien, perderán su claridad........... Vuestra belleza se cambiará en fealdad Vuestra salud en oscura enfermedad....." Villon reincide en ello: "Tiempo vendrá que hará secar Amarillear, marchitar vuestra abierta flor. Viejo seré, vos fea y sin color". E insiste cuando esa realidad se hace presente: "Cuando me miro toda desnuda Y me veo tan cambiada Pobre, seca, magra, menuda Me pongo casi furiosa". Y en otro: "Orejas colgantes, musgosas, El rostro pálido muerto y apagado Mentón fruncido, labios pellejosos Es de humana belleza el final". Du Bellay también traza esa verdad con toda crueldad: "Señora vejez No me ha dejado más que piedra en los riñones, Gota en los pies y verrugas en las manos". Y para finalizar este poema de Ronsard: "Mi dulce juventud ha pasado, Mi primera fuerza está quebrada, Tengo los dientes negros y la cabeza blanca, Mis nervios están deshechos, y mis venas, Tan frío tengo el cuerpo, están llenas De un agua rojiza en lugar de sangre". Este retrato es su réplica plástica, su síntesis en un idioma que lee la imagen y hasta la hace más nitida y por ello más terrorífica. |