Comentario realizado por: Gregorio Vigil-Escalera Alonso - 2007-02-12 00:00:00
Título obra: LABERINTO DE OXIDO - Tatiana Se contraponen dos perspectivas, dos planos, el primero introduce la pasión por lo esquemático y uniforme que se sucede en una horizontalidad de espacio y tiempo (¿simbología de la humanidad?). Por lo tanto debemos deducir que la autora, ligada al espíritu de la tierra, a la remembranza de aquellos castros celtas, a nuestros ancestros, nos quiere hacer viajar por la simetría que nace en nuestro propio cerebro (¿hacia nuestros orígenes?), que se vierte en un laberinto deshumanizado -no se ve a ningún ser humano, lo hace desaparecer-, cuyo final es un especie de obelisco, altar y represesentación de la divinidad. ¿Interpretación de una historicidad en marcha hacia un futuro sin vida, sólo la desnudez geométrica de paredes? Detrás, en ese segundo plano, se avista borrosamente otra geografía, otra naturaleza, otra historia. No nos deja más que intuirla, presentirla. No hay concatenación, solamente ruptura. Nos acerca una realidad para alejarnos otra. Hay una cierta subversión estilística que quiere aunar movimiento, horizonte, infinitud, en el intento de establecer claves al espectador, de dirigir su mirada hacia el centro para después hacerla retroceder en una visión de conjunto. La tenue densidad cromática seduce y anima al ojo a ir más allá, a reflexionar con la mirada y la mente, a alojar el mensaje en la dimensión que la pintora cree que le corresponde. No obstante, no deja de ser un planteamiento afortunado que exige una mayor capacidad de recursos para acometer un desarrollo más consistente y válido. |