María Aminta Henrich enciende la obra con la pasión, ha espatulado el espacio donde tres seres unidos se concentran en un semiespacio, la plenitud del instante, casi en el centro de la escena, remarca que el amor será para siempre... Los cuerpos están enraizados en la tierra y en el aire que respiran y les son ajenas inquisidoras miradas. Aminta, alejada en este instante creativo de otra pasión, su tierra; ondula el espacio con su paleta y su pincel, matiza el fuego con la luz y con la sombra sin dejar detalles fuera de contexto y es legible todo lo que pinta aun si no existiera la poesía que le acompaña... La expresión está universalizada con las formas difusas de los tres vértices que dialogan esta mímica erótica ......Nada es mas cierto que las verdades del corazón... Excelente obra realizada con toda la fuerza del espíritu y la fluidez de las técnicas empleadas |