María Aminta tiene de nuevo los colores en sus manos, intenta reconstruir caminos a pesar que los colores quisieran como escurrírsele entre los dedos, es una nueva etapa que requiere decisión, valor, y sin duda ella tiene esas virtudes, lo manifiesta con el intento de cambio de tonalidades aportando más brillo y desarrollando una nueva abstracción; no para cerrar etapas precedentes si no para encontrarse a sí misma dentro de un espacio lejano y ajeno. Esta obra dedicada a Césc habla que del fondo gris que tenia, sabe que estrujándolo aparecen los colores y también algunas formas y manchas sugerentes de un íntimo pasado que se irá aplacando poco a poco. Aminta, estas en camino. Felicitaciones |