El círculo que oscila como el péndulo, en los polígonos del destino, que nos marca entre límites aparentemente controlables, pero que se fugan en paralelas hacia un infinito pariente del azar.
un tejido guane para una princesa en la autopista de la vida. Siempre hay otra mujer desde una esquina del asombro. Siempre hay brazos y herramientas para la lucha.