Comentario realizado por: JORGE ERNESTO IBAÑEZ VERGARA - 2007-10-24 00:00:00
Título obra: LA DANZA DE LOS ESPIRITUS - VILANOVA "La sombra se colora con la pincelada roja y fugaz del disparo surgiendo de las ruinas", Vicente Blasco Ibañez, en "Noche Serbia". “La danza de los espíritus”, es un homenaje a García Lorca, una obra tremenda de contenido, sublime en la representación del episodio, el fusilamiento del poeta. “La materia toma vida en el óleo para dejar que fluya el imaginario, dejándonos el blanco color de los espíritus en su danza,…donde se puede adivinar la escena si se mira con detenimiento, donde el rojo es un reguero salpicado que se pierde a lo lejos en la oscuridad”, dejándonos ver el fogonazo amarillo del disparo que aún huele a polvora. En esta obra, la forma se muestra como el eco de una presencia del episodio, donde la imagen se debe en primer lugar a la mancha que sugiere definiendo sutilmente las figuras que no son rígidas, sino evocadoras del objeto de la idea en la materia, pigmentos en tonalidades, blanco, verde, amarillo, rojo y negro, que nos dejan ver como resultado imágenes testimoniales a punto de desvanecerse en la insinuación, donde la mancha le gana el pulso a la forma que atada huye de la mimesis. La obra es un deseo por determinar la idea a partir de una configuración que se aproxima a la abstracción insinuada, existiendo un ligero atisbo de su evidencia en la topografía determinada en el lienzo, solapada por el devenir cromático del contraste de colores, dotado de matices tonales exquisitos que le otorgan expresividad a un hecho cruento que no se olvida, recreación que gravita alrededor de la escena, una demostración eficaz de lo que se representa a partir de lo que sugiere el episodio, la ejecución del poeta. El dibujo de Adolfo Vilanova Ratzki, sirve de guía a sus sutiles y certeras distorsiones cromáticas para lograr una equilibrada composición, donde el óleo es una herramienta eficaz en la concreción artística del tamíz que codifica la lectura de lo real y activa la necesidad de una contemplación detenida en un baile de insinuaciones, “la danza de los espíritus”, que solivianta su danza al disparo, atestiguando el desenlace, mientras al centro, el poeta cae abatido. En esta obra, el pintor no ha perdido la precisión de la línea, sino mas bien, que en la soltura de su trazo logra una eficaz retención del episodio, donde el aspecto inacabado de los elementos desdibujando la escena para retener la idea, nos muestra un lenguaje personal cuya lectura en el conjunto de la composición nos deja ver un testimonial homenaje al poeta granadino. Vilanova Ratzki, nos deja una obra en la frontera lábil que separa la abstracción de la figuración, para que nuestra imaginación complete el contenido expresivo. |