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Comentario realizado por: JORGE ERNESTO IBAÑEZ VERGARA - 2007-07-02 00:00:00
Título obra: LA DANZA DE LA MATERIA - arnold Viendo esta obra y emulando a Fran Kafka, diría: No hace falta que hagas nada, quédate sentado en tu mesa y escucha, luego, ni siquiera hace falta que escuches, observa y espera, y luego, ni siquiera hace falta que esperes, sólo mira y quédate en silencio, quieto y en soledad, y el mundo en esta obra se te ofrecerá libremente para que lo disfrutes, no tiene alternativa, caerá en éxtasis a tus pies para tu deleite. En un comentario anterior Jorgelina describe esta obra como: “planos, volúmenes, transparencias, abstracción, figuración, colores, paisaje, bodegón, texturas, luces, sombras, increíble pensamiento surrealista, tantas cosas juntas y logran un equilibrio, una armonía”. Y no se equivoca, demasiado para un solo lienzo, elementos y vacíos que pueblan el contenido, como si fuera un collage de pensamientos varios que convergen en una idea, que le dan solvencia y frescura, que le dan fuerza en su delirio. Esta obra implica observar, adentrarse en los misterios y la fantasía de la composición, sus geometrías son líneas de fuga a la imaginación, recoge algunos postulados de la abstracción en una búsqueda que el imaginario construye; incorpora elementos inconexos y a la vez armoniosos, logrando que la estructura y pellizcos de la iconografía del pintor, como las bolas y otros, fluyan en una arquitectura futurista, que se integran con el atisbo de paisaje que equilibra planos superpuestos, dislocados en el espacio, creando una idea unitaria. Arnold Quintero, en esta obra nos recrea la anatomía de un pensamiento estructurado con materia, llevándolo a crear formas que su imaginación impregna de elementos con identidad propia, sin mayor significado que la sola visión del espectro de su universo; juega con el espacio dominándolo a su antojo, buscando sus límites; quizá se pregunta, ¿si hay limites en el espacio, qué hay más allá del espacio?, entonces arriesga, y en su búsqueda intenta conocer el misterio, integra espacios encontrados. Como afirmaría el poeta: “Cuando experimento la belleza sé que es la verdad”. Estamos ante una obra preciosa, llena de misterio, donde la ingravidez juega con la realidad, donde los planos sobrepuestos son renuncia viva al deseo, un universo plástico diferente, que sólo el pensamiento es capaz de equilibrar. Por descontado queda que el pintor goza de una técnica depurada, avalada por un dibujo eficaz, una pincelada segura y un concepto del color delicioso, con gran sentido de la perspectiva y un dominio fluido de la luz. Felicitaciones al pintor por hacernos disfrutar de esta hermosa obra. |