Salí de un pequeño país,llamado Guatemala. Salí del rincón más escondido y casi imposible de encontrar, el amor sincero que brota de los corazones divinos de mis amados padres. Crecí en el centro de la ciudad rodeada de muchas personas, de muchas distracciones pero lo único que parecía ser real en mi vida era el amor que le tenía al arte. Desde los 4 años de vida recibía clases de arte, en una academia llamada Toscana; de baile y guitarra, en otros centros. A partir de los 13 años opté por tomar clases de dibujo con Walter Peter; con quién continuo aprendiendo mucho. Mi historia apenas ha empezado. Espero que hayan muchas más oportunidades en la vida de las que mis ojos pueden ver.