Juana de Aizpuru, alma mater de lo contemporáneo
01 de Abril del 2008 a las 18:58:21 0 Leído (621)
El arte contemporáneo en España tiene una deuda con Juana de Aizpuru, galerista y creadora de la feria ARCO y de la bienal sevillana BIACS, inventora de becas, fundadora de la Asociación Española de Galeristas de Arte Contemporáneo, comisaria de exposiciones, miembro de comités internacionales, jurado en concursos y, ahora, medalla de "Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia", reconocimiento que le otorga la Embajada francesa en nuestro país el próximo día 8 de abril.
En 1970, primera galería
Vallisoletana de nacimiento, en 1960 se traslada a Sevilla, donde fundará su galería de arte. Corría el año 1970, y fue "sin ser consciente de dónde me metía". Hoy, rodeada de libros en su despacho, revisando papeles, atendiendo llamadas de clientes, firmando documentos, nos declara: "me he dejado la vida en mi galería". Y es que Juana de Aizpuru es ante todo la galerista, con un aire de pasión que le acerca a los grandes nombres del arte de principios del siglo XX. Con ese aura de modernidad que hace que no pasen los años y que todo lo que toca sea contemporáneo, aun más cuando lleva 38 años como galerista. Es marchante (que no comerciante), amiga de los artistas, ecologista por vocación, con un amor inmenso hacia los animales y contraria a las corridas de toros.
Su primer lugar como agente del arte fue Sevilla, en un local de la calle Canalejas, 10, luego trasladado a la dirección de Zaragoza, 25, hasta que en 2002 cierra la sede andaluza. Pero ya desde 1983, en Madrid, se instala en este primer piso donde tiene su baluarte, la galería de la calle Barquillo, 44, en la céntrica zona de Alonso Martínez.
Sus comienzos fueron a finales de los años sesenta. "Empecé como una discreta coleccionista en Sevilla, donde en esos años no había más que tres coleccionistas: Francisco Ontiveros, una amiga mía americana, y yo misma. Existía la galería La Pasarela, con artistas que rompían con lo académico desde una visión americana. Quique Roldán cerró al cuarto año y los artistas me pidieron que abriera una galería. A los tres meses, inauguré mi propio espacio. Fue inconsciente, pero maravilloso".
En el año 1977 crea la Beca Juana de Aizpuru para artistas andaluces, que durará hasta 1984, con un año de estancia en la Casa Velázquez de Madrid (ahí estará el pintor Ignacio Tovar, quien comenzó su carrera en su galería en 1977, o el joven fotógrafo Gonzalo Puch). Realiza una muestra en El Cairo y Alejandría con obra gráfica de artistas españoles vivos, con Miró, Tàpies, Chillida, Saura, Millares, Mompó,… en el año 1979, por la que recibe la medalla de Bellas Artes del Ministerio de Cultura de Egipto. Ese mismo año viaja por primera vez a la feria de Basilea. Allí, se da cuenta del abismo que existe entre España y lo foráneo, la situación de los coleccionistas, las ferias, los artistas, la información …"Había que hacer algo por incorporarnos al arte internacional, por lo que empecé a pensar en realizar una feria de arte contemporáneo en España".
Juana de Arco, en 1982
Desde 1979 y con la democracia en España, Juana comienza a hablar con instituciones y piensa obsesivamente en una feria de arte contemporáneo. "Comencé a viajar mucho, a conocer a mis colegas y las ferias más importantes del mundo. En Sevilla era imposible, en Barcelona conocía a la persona que efectuó una feria de arte tres años antes, y desistimos. A los pocos meses leo en el periódico que se crea Ifema en Madrid, donde había un ambiente estupendo en esa época". Pero todo fue posible gracias a dos personas, adalides de la entidad ferial: "Adrián Piera y Tierno Galván me apoyaron. Adrián incluso fue a verme a Sevilla, donde le conté el proyecto. Por la noche, cenando, nos inventamos el nombre de arte contemporáneo y, de ahí, ARCO. Empezamos a trabajar a finales del 79 y queríamos hacer la primera feria en el año 81, pero no fue posible. Finalmente se inauguró en febrero de 1982".
Desde el principio fue la directora de la feria. "Fueron tiempos de recorrer y charlar mucho, convencer a los galeristas y darle un toque especial o personal al certamen". Al principio, ARCO va a tener su propia idiosincrasia, un aspecto cultural "sin pretender ser una feria real, pues no existía mercado de arte, ... con actividades culturales que organicé, como los encuentros con directores de museos y críticos, mesas de debates y foros …" La feria de Madrid estaba integrada por el Ayuntamiento, la Caja de Ahorros de Madrid y la Cámara de Comercio e Industria de Madrid, con Adrán Piera como presidente del Comité Ejecutivo. Este último y Juana Mordó fueron los únicos en apostar a ciegas por la feria. "Mi entusiasmo hizo que ARCO saliera adelante. Fue un esfuerzo de profesionalidad, llamando puerta por puerta. Dirigí la feria durante seis años, hasta 1987, cuando la crítica de la Asociación de Galerías de Madrid y del galerista Fernando Vijande me acusaron de beneficiarme como directora. Dimití y conmigo todo el comité de organización. Rosina Gómez Baeza le dio otro carácter, más anodino y más profesional."
La primera edición se efectuó en el pequeño Palacio de Exposiciones de La Castellana. “ARCO era una feria con mucha personalidad. En la FIAC no pasaba nada, sólo mercado. Aquí el protagonista era el galerista, estaban atendidos, se les preguntaba por sus opiniones y por los artistas que representaban … Los precios de los stands eran contenidos." Esta primera edición de ARCO marcó un antes y un después en el mercado de arte en España. Galeristas como el italiano Lucio Amelio o el hispano-alemán Heinrich Ehrhardt estuvieron entre las 28 galerías extranjeras y 62 nacionales.
Un año después, en 1983, Juana de Aizpuru abre galería en Madrid, a la sombra de ARCO, y su reconocimiento internacional crece como la espuma: llegó a ser conocida como "Juana de Arco". En los años en los que dirigió la feria, "algunos galeristas venían a comprar y a aprehender artistas españoles: eran los años de los Barceló, Sicilia, Campano, … Galeristas como Denise Rene, Giorgio Persano, Paula Cooper, Leo Castelli o Sydney Janis nos visitaron sin apenas ventas en seis años." Es a partir de entonces cuando le llega el éxito comercial a la galería Juana de Aizpuru. Su dedicación plena a la galería le da prestancia, calidad y excelentes críticas, además de ventas. Son años de consolidación de las instituciones culturales y museísticas en España.
Hoy disfruta de cada exhibición "con la misma ilusión que siempre, ... abrir las cajas de los cuadros, ver cómo son, colgarlos en la galería es lo que más me encanta." Con artistas tan consolidados en el campo de la fotografía, de la que es pionera en nuestro país, como Alberto García-Alix, Cristina García Rodero, Carmela García, Darío Villlalba, o los internacionales Pierre Gonnord, Wolfgang Tillmans, Yasumasa Morimura, junto a grandes escultores de la talla de Miroslaw Balka, Jordi Colomer, Rui Chafes, Georges Herold, Sol LeWitt, Fernando Sánchez Castillo o Franz West, Juana de Aizpuru combina con maestría su sabiduría artística para atender a los artistas españoles y forasteros. "A mí siempre me han gustado los artistas difíciles, no los que están de moda. Quizás amo a los primeros por sus contenidos duros, o por que son más avanzados." También se encuentran pintores de la calidad de Miguel Ángel Campano, Sandra Gamarra, Federico Herrero, Rogelio López Cuenca, Sigfrido Martín Begué, los hermanos Markus y Albert Oehlen y Heimo Zobernig, que exhiben sus trabajos codo a codo con obras realizadas con nuevos medios, con jóvenes artistas como Weismann o Eric Baudelaire. Todo un ecléctico elenco de creadores de diferentes generaciones y paises que Juana de Aizpuru sabe difundir y promocionar con su "vocación, que es lo que todo buen galerista debe tener. Hay que dar mucho más de lo que recibes, es un trabajo de años para poder ver los resultados y éxitos. Te dejas la vida, no hay vacaciones, ni horarios."
Comisariado y Bienales
Entre sus muchas facetas, sobresale la de organizadora de exposiciones por todo el mundo, desde "Artistas sevillanos" en 1984, pasando por los "17 artitas-17 comunidades", un año más tarde, o la selcción que muestra en la sala Rekalde de Bilbao con los Wall Drawings de Sol LeWitt en 1992, año que coordina la muestra "Los paisajes del texto" o "Dokoupil. Trabajos 1985-1993", en Vitoria.
Es la comisaria de la Bienal de Escultura de Zamora para jóvenes artistas andaluces en 1987, así como fundadora y presidenta de la Asociación Española de Galerías de Arte Contemporáneo cuatro años después, en 1991. Ese año tuvo lugar una lucha contra los impuestos de la nueva ley de Patrimonio. Juana estaba allí para la disputa. "Piera nos dejó un salón en la Cámara de Comercio para charlar sobre la nueva ley de Patrimonio y lo que afectaba a las galerías españolas. Durante dos días en toda España se hizo una huelga de galerías, la primera en la historia, contra los gravámenes a las obras de arte. Finalmente, la ley se reformó en el Congreso de los diputados."
Más tarde, es cofundadora de la Federación Española de Asociaciones de Galerías de Arte, en 1993, para más tarde dimitir en 1999. Juana afirma que cree en "el asociacionismo y corporativismo en el mundo del arte, pues respeto mucho a mis colegas, pero no entiendo mucho las asociaciones autonómicas o de ciudades”. Actualmente, acaba de abandonar la asociación ArteMadrid en 2008.
En el año 2003 crea al Fundación Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla (BIACS) para la realización de esa exhibición en la ciudad andaluza. La primera edición de la BIACS tiene lugar entre octubre y diciembre de 2004, con Juana como directora gerente, puesto que deja ante el enfrentamiento con Fernando Franco, por la independencia de la Bienal frente a la intervención de instituciones andaluzas. Las discrepancias ya se dieron antes de finalizar la primera edición, y en marzo de 2005 abandona la Bienal, que arrastra un déficit económico y de valoración tras su segunda edición.
Y .. premios
Han sido importantes las medallas recibidas por la galerista, pero quizá los recibimientos más queridos por ella sean el de la Medalla de Oro a las Bellas Artes de Andalucía, otorgado en 1985, o el tributo de la medalla de Oro de Bellas Artes que su majestad el Rey le impuso en 1998. Ahora, veinte años más tarde, la Embajada de Francia le reconoce su relación con su país y su apoyo al arte. "Mis padres siempre apostaron por el idioma francés, del cual tuve profesor en mi infancia, no así con el inglés, que tuve que aprender de mayor. Tengo muy buenos artistas y amigos de Francia". Por Joaquín Gallego - ARTEINFORMADO
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