El trìo calavera

22 de Marzo del 2008 a las 20:48:34 0 Leído (405)

Dotados de tanta ironía como desprecio por "lo correcto", estos tres irreverentes artistas, amantes de la velocidad, del azar y de las mujeres, lograron poner patas arriba el panorama artístico de su época. La Tate reúne una selección de sus mejores obras, una receta contra el aburrimiento. A veces, una simple exposición puede cambiar los caminos del arte. Esto fue, precisamente, lo que sucedió, hace ahora 95 años, en Nueva York con motivo del famoso Armory Show. La muestra se había organizado con el fin de que el público americano conociese de primera mano las últimas novedades del arte europeo. Los artistas allí presentes fueron muchos (incluido el Picasso cubista, por ejemplo). Pero de entre todas las obras allí expuestas hubo una que causó verdadera indignación y estupor (es decir, que fue la triunfadora): se titulaba Desnudo bajando una escalera y la firmaba Marcel Duchamp. La polémica llegó al extremo de organizarse un concurso en el que se premiaría a quien fuese capaz de encontrar una explicación al cuadro. ¿Dónde estaba la escalera? ¿Dónde estaba el desnudo? Años después, el propio Duchamp diría que con su obra sólo que pretendía realizar "una representación estática del movimiento". Polémicas aparte, en el Armory Show empezó todo, porque allí se conocieron Duchamp, Man Ray y Picabia, tres personajes unidos por su capacidad de provocación. Duchamp era un vividor loco por el ajedrez; Man Ray, un fotógrafo americano adicto a la pintura; Picabia, un hombre refinado que vivía por encima de sus posibilidades, artista prolífico y amante de los coches. Los tres dinamitaron el concepto mismo de la obra de arte y desde entonces nada fue ya igual. Irreverentes (Duchamp, por ejemplo, colocará unos bigotes a la Gioconda, convirtiéndola en un personaje andrógino), vividores, iconoclastas, rompedores, sus propuestas abrirán nuevos caminos a través de la percepción de los propios objetos como obra de arte en sí misma. La Tate Modern de Londres les ha vuelto a reunir en una gran exposición que rinde homenaje a estos tres artistas "nada correctos". Fernando Castro Flórez destaca en este número la influencia de los tres creadores para la comprensión del arte del siglo XX y presenta los detalles de la muestra.

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