Pepe Madrid ó el Lirismo Mágico dentro del expresionismo
24 de Mayo del 2013 a las 14:25:32 0 Leído (277)
Pepe Madrid, artista al que presentamos en esta ocasión, es a mi entender, uno de aquellos representantes más genuinos, interesantes y encomiables del figurativismo barcelonés actual, de raíz netamente expresionista, tendencia artística a nuestro entender, tan importante en el devenir de las artes de principios del siglo XX.
Pepe Madrid, de una formación tan sólida como demostrada, tanto en la “LLotja”, (la Escola d’Arts i Oficis de Barcelona), así como en la Academia Tárrega, (local tan entrañable como pocos, ya desaparecido, y en el que tuve ocasión yo también, de hacer mis primeros pinitos en el terreno de la pintura), es un artista, insistamos en ello, hecho sí mismo y a su circunstancia. Un artista que se ha ido consolidando, gracias a la tenacidad de un trabajo bien hecho, y gracias a la firmeza de quien cree en lo que hace, implicándose en diversidad de proyectos, así como en diversidad de actuaciones junto a varios colectivos, algunos de los cuales organizados y dirigidos por él mismo.
Si bien vale la pena leerse su historial, su trayectoria, ¿qué mejor dadas las circunstancias, que ceñirnos, aunque sea brevemente, a su obra, a esa obra tan singular, tan atractiva y tan significativa como la suya? ¿A la razón de ser de la misma, en sus multiples propuestas, en sus aspectos más atractivos o en sus puntos de inflexión?
P.Madrid, ateniéndose a la línea conceptual y estética, cercana, o mejor dicho, vinculada al expresionismo, tal y como ya apuntamos antes, toca con frecuencia, el tema de la mujer. De esta mujer anónima. De esta mujer ajena a estereotipos al uso. De esta mujer protagonista, por su misma esencia y por su propia identidad, ¿Y por qué? Porque nuestro artista, en su capacidad como tal, trabaja esta temática desde el respeto y desde la necesidad de conferirle otro papel, diríamos trascendental. Nunca convencional. Y lo trabaja con la valentía, con la tenacidad y con la seguridad de un autentico profesional, convencido y comprometido. Qué duda cabe.
A nuestro juicio, estas mujeres de Pepe Madrid, unos auténticos iconos identificadores con la manera de hacer del artista, nos llaman la atención, y mucho, por retrotraernos a otras épocas, a esos ambientes mundanos y “glamurosos” del París de la Belle Époque o del Berlín del período de entreguerras. Y creemos que no exageramos. Son unas mujeres que nos emocionan, nos hablan y nos dicen cosas. Faltaría más. Unas mujeres que, mediante el tratamiento técnico empleado por su autor, trazos y colores, de apariencia dura y contundente, nos producen esta sensación especial, este poder evocador, en virtud del cual, belleza y sensualidad van, indiscutiblemente de la mano.
¿Y qué decir de sus paisajes? ¿De estos paisajes tomados de sus viajes y de sus desplazamientos por otros países? Unos paisajes captados en sus propias características, no exentos de aventura o de misterio, sobre todo si se trata de países no europeos, en los cuales se puede encontrar todavía, muchos de aquellos rasgos que nos pueden ayudar a recuperar, en cierta medida, aquella parte de romanticismo que puede existir en todos nosotros y que ojala, el tiempo no nos haga olvidar.
Amigos, como podréis observar, nos hallamos pues, ante una obra que vale la pena calibrar en todas y cada una de sus consecuencias, tanto en su planteamiento conceptual, como en su consideración estética. ¿Qué más podemos pedir? Pues, sencillamente, disfrutarla en la medida de lo posible, valorarla y hallar cuantas lecturas o cuantas connotaciones nos sean posibles.
Mi agradecimiento personal más sincero al artista, por ofrecernos esta selección tan cuidada, así como al Hotel La Ciudadela, a su propietario y a su equipo habitual, por la confianza depositada y por la colaboración de mostrada, siempre tan entusiasta. Y mi agradecimiento también a vosotros, por acompañarnos en este acto inaugural. Muchas gracias.
Jaume Soler i de Magriñá
Historiador del arte.
Conservador del museu Mnac (Museu Nacional d’Art de Catalunya)