Evocación navideña cordobesa
27 de Diciembre del 2011 a las 12:58:25 0 Leído (158)
El profundo sentimiento religioso del pueblo español se ha manifestado constantemente
a través de las más diversas exteriorizaciones artísticas. Si nos atenemos al ámbito
literario, dos han sido las principales proyecciones que han calado íntimamente
en la religiosidad hispana: el Nacimiento y la Pasión del Salvador. Frente a las majestuosas
representaciones del sacrificio de Cristo en la Cruz, el pueblo sencillo se inclinó
desde el primer momento por las más sobrias representaciones relativas al Nacimiento
del Niño Jesús.
Evocación navideña cordobesa
Circunscribiéndonos a nuestra geografía cordobesa, debemos admitir una vieja tradición
de autos sacramentales navideños,
que han alcanzado justo renombre en El Viso
de los Pedroches, Villanueva de Córdoba,
Priego, Alcaracejos y El Esparragal, entre
otros enclaves cordobeses. El estudio comparado
de estas piezas navideñas nos revela claramente
el mismo origen: "La infancia de Cristo.
Poema dramático dividido en doce coloquios",
obra del sacerdote don Gaspar Fernández
y Ávila, colegial teólogo del Sacro
Monte de Granada y cura más antiguo de la
iglesia parroquial de la villa de Colmenar, diócesis
de Málaga. Así se hace constar expresamente
en la edición publicada a mediados
del siglo XVIII en la imprenta de Félix de Casas
y Martínez, en Málaga.
El éxito de este poemita religioso sobrepasó
cumplidamente cuanto hubiera pensado
su autor. Rápidamente circularon numerosas
copias y fueron muchos los pueblos de
Andalucía y Levante que se aprestaron a representar
diversas escenas de la infancia de
Jesús. Por su excepcional importancia, queremos
detenernos, en un breve análisis, en el
contenido de la "Pastorela prieguense". Con
este nombre se conoce la obra de carácter religioso
navideño escrita por el celebrado autor
prieguense don Carlos Valverde López. Aunque
basada en la "Pastorá", obra de similares
características a la del ya citado sacerdote
don Gaspar Fernández y Ávila, la producción
de Valverde López supuso una feliz recreación
artística y literaria por la adición de nuevos
elementos, música, coro y decoración.
Débese la obra del celebrado poeta prieguense
al entusiasmo de los Hermanos de Belén
que le confiaron la elaboración y recreación
de un texto que sustituyera al antiguo de
la "Pastorá", del cual existen datos fidedignos
de su representación por los años 1840, construcción
del Teatro Principal.
Durante su niñez y juventud, Valverde López
vio representar la obrita y se recreó del profundo
sentimiento religioso navideño que desprendía.
Posteriormente, convertido en un excelente
poeta, le introdujo numerosas variantes
que le dieron mayor relieve y calidad estética.
Junto al valor ancestral de una pieza del
siglo XVIII, la obra del escritor prieguense rezuma
el encanto de la mano maestra, del artífice
que ha creado un texto literario, verdadero
orgullo de Priego y de su comarca.
Frente a los tres actos en que el copista
de la "Pastorá" concentró la acción: "Nacimiento
de Nuestro Señor Jesucristo", "Huida
a Egipto" y "Degollación de los Santos Inocentes",
el autor prieguense le añadió un cuarto
acto, primero en la representación, que plasma
la "La Encarnación de la Virgen", en dos
cuadros encantadores de siete y cuatro escenas,
respectivamente.
Junto a esta variante con relación al posible
modelo de la "Pastorá", la obra de Valverde
López ganó en lirismo y perfección arquitectónica
teatral. El verso fluido y cargado de
la más intensa emoción dramática emerge solemne,
adornado de las más felices expresiones
populares. El autor supo reflejar la comicidad
con vocablos que entrañan la más
profunda vulgaridad, pero que son, al mismo
tiempo, la manifestación de unas clases
humildes como los pastores que intervienen
en la representación. Por el contrario, el lenguaje
adquiere notas de gran perfección y riqueza
al plasmar la conversación de otras
personas de mayor relieve cultural.
El coro interviene activamente como
elemento coadyuvante principal en la representación.
Su misión básica era poner feliz
epílogo a los diversos actos o cuadros. El final
del segundo y del cuarto acto se acompañaba
con la intervención jubilosa y cargada
de intensa animación del coro que interpretaba
composiciones de gran raigambre
en la comarca prieguense: "Carrasclás, viva
el Niño y su Madre,// Carrasclás y también
su papá,// Carrasclás, saecula saeculorum,//
Carrasclás, carrasclás, carrasclás.//".
La música acompañaba diversos momentos
especiales, como el final del segundo
acto en el que Rebeca prorrumpe en encantadoras
seguidillas a las que se unirá
posteriormente el coro con los versos expuestos
con anterioridad. La partitura musical
de don Laureano Cano coadyuvaba a la
magnificencia de este drama religioso, cuya
aceptación y aplauso fue una constante del
público prieguense en las numerosas representaciones
que se hicieron a lo largo de los
siglos XIX y XX.
Ayudaba a la representación un variado
y rico decorado, presentado con todo tipo
de detalles por el autor al comienzo de los diversos
actos y cuadros.
El entusiasmo que esta representación
despertaba en el pueblo de Priego es bien
notorio. Don Carlos Valverde, en su encantadora
narración "Gaspar de Montellano",
nos recuerda las fiestas navideñas de 1886
con la representación de esta obra, auténtico
auto sacramental de tierno candor navideño.
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DE
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Cultura
José Mª Ocaña Vergara
Académico Numerario de la
Real Academia de Ciencias, Bellas
Letras y Nobles Artes de Córdoba
Foto: redacción
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