Ángel Loochkartt

21 de Noviembre del 2011 a las 13:17:28 0 Leído (339)

Barranquilla 1933. Dibujante, grabador y pintor de la Escuela de
Bellas Artes de la Universidad del Atlántico.
Realizó estudios en la Academia di Belle Arti, Centro CALAL de
Artes Aplicadas en Italia. También en la Academia di San
Giacomo de Roma y en East Los Angeles Collar de California
USA.
Director y Profesor de la Escuela de Pintura de la Universidad
del Atlántico, igualmente de la carrera de Pintura en la
Universidad Nacional de Colombia y Profesor de la Universidad
Jorge Tadeo Lozano en Bogotá.
Ha realizado exposiciones individuales desde 1958 en
Colombia, Italia, Brasil, Argentina, Costa Rica, Cuba, México,
USA, España, Francia, Alemania, Holanda y Polonia. Además
vale destacar su participación en la Primera Muestra de Artistas
Latinoamericanos en Roma 1958, las Bienales de Venecia en
1958 y 1989, el Primer Encuentro de la Plástica Americana en La
Habana en 1972, Momentos de Trabajo -20 años- Retrospectiva
Universidad Nacional de Colombia 1981, XVIII Bienal
Internacional de Sao Paulo Brasil 1985, y Cien años de Arte
Colombiano - Exposición Itinerante América y Europa 1986. En
el año 2000 recibió el Premio al Artista Egresado del Milenio en
la Universidad del Atlántico en Barranquilla Colombia.
Existe una extensa bibliografía sobre su obra la cual ha sido
objeto de ensayos críticos de Francisco Gil Tovar, Germán
Rubiano Caballero, Alvaro Medina, Gonzalo Márquez Cristo,
Samuel Montealegre, Luís González Robles, María Elvira Iriarte,
Diego Marín, Mario Rivero, Gloria Inés Daza, Armando Silva
Téllez, Leonel Estrada, Eduardo Márceles Daconte, Federico
Broock, Zarita Abello, Carlos Flóez Sierra, María Cristina Laverde
y Fernando Guinard. Algunas de sus obras se entran en
importantes colecciones y Museos tanto de Colombia como de
numerosos países del mundo.
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Angel Loochkartt es un incansable trabajador
de la estética que establece un diálogo directo,
sin mediaciones, con su trabajo. Su pintura tiene
una carga emocional, concentrada y constante,
sus escenas muestran -no relatan- sensual y
eróticamente, en una maraña innita de líneas y
colores: su visión. Hay una simbiosis de religión
y erotismo, en imagen fugaz que produce en él
la realidad.
Carlos Prada Hernández
Investigador Cultural.
La Pintura como Libertad Individual e
Intuición Evolutiva
Entre las constantes formales de la obra de Ángel Loochkartt emerge
la materia densa y la pincelada libre, que aplica con frecuencia a
manera de torbellino, lo cual ocurre aún cuando diluye la pasta
pictórica. Las imágenes surgen de los ritmos de los trazos y un dibujo,
a base de grasmo, ayuda a denirlas. Además, la composición
asimétrica sobre ejes diagonales refuerza el sentido de movimiento:
es vida, devenir.
Se trata de una obra gurativa interrumpida sólo por una breve
experiencia abstracta, entre 1960 y 1962. Siguiendo el recorrido del
artista, vemos que se congura una especie de cadena, cuyos
eslabones están constituídos por series temáticas, entre las cuales
tenemos: La Pepita (1963), La Sibila (1973), Los Congos (1977), Los
travestis (1977), Las Pinturas Eróticas (1979), Los Paisajes de Villa de
Leiva (1981), Los Ángeles (1981), Los Hampones (1982).
Algunos títulos indican claramente, las preferencias del pintor por
aquello que vive al margen del buen comportamiento. Es más, Pepita
enfatiza el grotesco mundano; o sea, desde el interior del mismo
mundo burgués, el artista relieva fascinado la ruptura de sus reglas.
Las características hasta ahora anotadas, nos obligan a meditar sobre
lo que Loochkartt propone, y cuyo núcleo centra, en sentido
ideológico, está conformado por anarquismo individualista: él
deende con tenacidad cuánto es libertad, y al transgredir le otorga,
para compensar la represión social a través del arte.
Decir que estamos: ante un neoexpresionista, es repetir de modo
mecánico una clasicación; La pintura de Angel Loochkartt se enlaza
en realidad con el barroco latinoamericano y deriva estímulos de lo
popular (el barroco, asimismo, tomó de lo popular y posteriormente
injertó en él elementos propios) y del folklor colombiano. En el último
caso basta mencionar lo más evidente, Los Congos, comparsa del
Carnaval de Barranquilla, su ciudad.
Pero más que conexiones temáticas y lingüísticas, son vivencias: en
nuestro barroco se producen desacomplejadas fusiones culturales,
en lo popular emerge la frescura del sentir y en cierto folklor la
sexualidad se vuelve sensualidad. Elementos que son el mismo
Loochkartt.
En Europa la anarquía encuentra desde 1916, y por algunos años, la
misma expresión artística en el movimiento Dada, en el cual la
provocación es el arma más certera. Es necesario considerar que la
espontaneidad del objeto dadaista está compensada por una fuerte
estructura ideativa y que sólo de tal modo combate con ecacia.
Samuel Montealegre
Crítico

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