Nekane Aramburu analiza 30 años de colectivos de artistas y espacios independientes
30 de Abril del 2011 a las 16:45:14 0 Leído (197)
Portada del libro sobre los colectivos de artistas La gestora cultural, museóloga y comisaria independiente Nekane Aramburu acaba de publicar "Historia y situación actual de los colectivos de artistas y espacios independientes en el Estado español (1980-2010)", un manual de 136 páginas disponible en internet en las correspondientes páginas de la librería bubok de España, Portugal, Argentina y México. Un documento útil y práctico para conocer la evolución de este tipo de organizaciones independientes cuyos modelos hoy, en tiempos de crisis, se repiten e intensifican como vías para la gestión y difusión de las prácticas artísticas contemporáneas. La investigación realizada por Aramburu, gracias al apoyo del Ministerio de Cultura, no solo refleja la evolución de estos colectivos (aquí puede encontrar la lista completa) que desarrollaron una labor fundamental en una época en la que apenas existían infraestructuras, sino que presenta una nueva visión de la historia del arte contemporáneo en España. Una revisión -en palabras de su autora- "realizada no desde la mirada vertical de críticos e historiadores sino desde la horizontalidad dando voz a los creadores y a quienes vivieron la transformación del panorama cultural". A petición de ARTEINFORMADO, Nekane ha escrito unos apuntes sobre el porqué y contenidos de su trabajo. Son éstos:
Este libro surge por la necesidad de compilar y documentar lo que de forma fraccionada y sesgada se conocía del trabajo llevado a cabo por iniciativas independientes para la producción y difusión de la creación contemporánea en el Estado español. Una historia relativamente reciente pero aún desconocida, sin apenas documentar ni analizar su evolución con criterios imparciales. Por ello conocer sus génesis y mutaciones, los caminos paralelos, oscilantes y ensortijados que han recorrido en el devenir del arte entre lo oficial y lo alternativo, lo visible y lo subterráneo, resulta fundamental para comprender la situación de las prácticas creativas y modelos de gestión que están abocadas a cambios estructurales profundos tras una nueva crisis.
Así pues me propuse iniciar el proyecto de recopilación y sistematización de información a mediados de 2010 con la ayuda del Ministerio de Cultura con objeto de dar lugar a una investigación y estudio de los espacios independientes y colectivos de artistas desde 1980, tres décadas reveladoras de una evolución substancial del medio artístico tras los incipientes y necesarios movimientos de finales de los años sesenta y setenta. En treinta años la cartografía de los modelos de autogestión, producción y difusión para la creación contemporánea se manifiesta en oleadas tumultuosas, oscilantes y casi siempre hiperactivas. Un periodo de tiempo en el que desarrollaron una labor fundamental en una época en la que apenas existían infraestructuras culturales.
El panorama preciso de la actividad desplegada por este número creciente de organizaciones se plasma en la web que alberga los resultados de esta investigación y que lleva por nombre: ARCHIVOS COLECTIVOS.NET donde se escanea, documenta, sistematiza e intenta colmatar lagunas en la medida que ha sido posible. Pero además de suministrar esta información, el objeto último es reflexionar y analizar estas fórmulas dentro de los contextos de creación y las políticas culturales de cada zona con una mirada global. Con el fin de llevarlo a cabo de la manera mas horizontal posible encargué una serie de textos inéditos a diversos agentes activos que han vivido y conocido de forma próxima estas experiencias: Florenci Guntín, Clara Garí, Karin Ohlenschläger, Paco Salinas, Jana Leo, Tomás Ruiz Rivas, Alicia Jiménez, Juan José Martín, Juan Ramón Barbancho y Carlos Trigueros quienes presentan sus teorías y conclusiones.
El objetivo de este proyecto es ir más allá de una documentación de la evolución y procesos de los espacios independientes y colectivos de artistas, que por otra parte siempre adolecerá de imprecisiones y lagunas. Con él pretendo poner sobre la mesa una reflexión sobre los modelos de gestión de las artes visuales y como éstos han ido evolucionando en función de las dinámicas sociales y políticas bajo el impulso de la sociedad civil que construía sistemas a medida que eran necesarios y capeaba temporales como podía. En un momento en el que el suelo se desliza bajo nuestros pies y cuando las fórmulas de gestión de las artes manifiestan un cambio estructural, mutación que no sólo se fragua por una nueva crisis sino que además evidencia las fisuras del sistema creado, se revela como una cuestión ineludible el volver la vista atrás y valorar el trabajo desarrollado en las décadas pasadas para comprender y abordar nuestro nuevo futuro. El mapeo, censo y documentación muestran que lo importante no es el espacio, sino que lo que propicia el avance de la cultura y la creación son las personas, esa sociedad civil integrada por artistas y profesionales, motor y nodo.
Este tipo de organizaciones generalmente impulsadas por profesionales que mantienen a lo largo del tiempo una postura vital y profesional univoca, y que aún dentro o fuera del sistema se revela consecuente, son entidades que sólo subsisten por el apoyo incondicional del contexto donde surgen y las fórmulas colaborativas en red. En todos ellos, el denominador común siempre es la fuerza y energía de aquellas personas que independientemente del barco que capitaneen van adaptando su trabajo a las circunstancias sobreviviendo por la creación de sinergias en red con sus correligionarios.
A lo largo de los distintos movimientos culturales y de vanguardias, del Salón des refusés de los impresionistas al Cabaret Voltaire y las reuniones de tertulias y cafés literarios, lo cierto es que estas formas de canalizar el pensamiento y la experimentación de la expresión artística abarcan una amplia gama de modos y espectros de visibilidad, reivindicación e ideología en estado puro. En España, la cartografía de los primeros espacios que comenzaron a entender la exhibición y difusión de la creación desde perspectivas abiertas a lo experimental y la reflexión es aún muy borrosa. Sus rutas de navegación ha sido perfiladas de forma soterrada una y otra vez por unos pocos corsarios que difícilmente se mantienen en la misma nave y van cambiando de barco o bote salvavidas según las circunstancias y vientos. Todo está aún por reescribir y contextualizar en su justa medida. Desde las actividades del grupo Pascual Letreros en 1948 (hasta 1956) en Valladolid al Club La Rábida en la Sevilla de los años cincuenta, pasando por las reuniones del grupo Gaur en la Galería Barandiarán, productora de arte compuesto en San Sebastián durante sus primeros años o la labor iniciada por Redor a primeros de los setenta entre el activismo y la apertura a nuevas formas de exhibición.
Cabe pues señalar que si cada vez más se tiende a una cierta profesionalización de los espacios y colectivos, una organización en red-radar, que permita detectar epicentros activos y conectarlos para articular un sistema de comunicación y trabajo en común es el dispositivo más adecuado para la supervivencia de las bases de la creación. Tras la disolución de Red Arte (un último encuentro a modo casi de deriva situacionista tuvo lugar en Galicia en el 2000), algunos otros encuentros fueron surgiendo de forma espontánea propiciados por grupos que compartían afinidades: La RAG o el encuentro de Asociarte en Yesqueras son algunos de ellos.
En la web de Espacio Menosuno se recoge una red de espacios y colectivos de artistas, una idea que surgida a partir de un encuentro de colectivos que organizó la residencia de estudiantes el año 2005-2006 y nuevos mapeos están en marcha. El entramado que está funcionando desde el 2006 es el que bajo forma de federación une a los colectivos de Madrid: Agentes artísticos independientes de Madrid y en el 2007 se funda, Xarxa prod, primera red catalana que vincula a centros y espacios de investigación y producción de artes visuales públicos y privados.
Siguiendo la estela de Zig Bee en Gijón y Modifi en Madrid cada vez está mas presente la idea de constituir nuevas redes. La clase creativa está apostando cada vez más por estructuras flexibles donde no haya posturas polarizadas. La mediación, la participación y la investigación son su eje. Se abren espacios a nuevas formas de comisario, desde y con los creadores se prima el proceso y se apuesta por espacios útiles para la comunidad creativa pero también mirando hacia el ciudadano. Tras todo este trayecto con sus luces y con sus sombras, se verifica una conciencia de construcción colectiva cada vez más tangible.
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