Inventemos lo que inventemos, Kertész siempre fue el primero
25 de Febrero del 2011 a las 06:11:09 0 Leído (189)
La Fundación Carlos de Amberes presenta en Madrid un centenar de instantáneas del fotógrafo húngaro
"André Kertész. Fotografías"
FUNDACIÓN CARLOS DE AMBERES
c/ Claudio Coello, 99
28006 Madrid
Del 16 de febrero al 10 de abril de 2011
De martes a viernes, de 10:00 a 20:30 horas
Sábado, de 11:00 a 14:00 y de 17:30 a 20:30 horas
Domingo y festivos, de de 11:00 a 14:30 horas
Madrid, 15/02/2011
Coincidiendo con la Presidencia húngara de la Unión Europea, la madrileña Fundación Carlos de Amberes recorre al detalle la trayectoria de uno de sus artistas más célebres, André Kertész, quien junto a Moholy-Nagy, Brassäi y Robert Capa integra el cuarteto de fotógrafos más destacados del país.
A través de un centenar de imágenes vintage se ofrecerá una revisión detallada de la producción de Kertész en los tres escenarios en los que la desarrolló: Hungría, Francia y Estados Unidos.
Nacido en Budapest cuando la ciudad todavía formaba parte del Imperio Austro-Húngaro, Kertész se inició en el medio fotográfico durante la I Guerra Mundial, contienda en la que participó como alférez y en la que retrató, en instantáneas sutiles y alegres, la vida cotidiana de los soldados. Tras resultar herido en un brazo, comenzó a captar sus primeras imágenes de formas torcidas y con destellos reflejados en superficies acuáticas.
En 1925 se estableció en París y allí colaboró con Man Ray o Brassäi retratando a otros artistas, entre ellos Mondrian, Chagall o Eisenstein. A comienzos de la década de los treinta, ya integrado en la bohemia parisina, su estilo evolucionó gracias al empleo de una nueva cámara, la manejable Leica de 35 mm. De 1933 data una de sus series más reconocidas, Distortion, creada por encargo de una revista femenina e innovadora por sus soluciones visuales.
En 1936, Kertész pasó a residir en Nueva York por invitación de la agencia Keystone. Tras una primera etapa difícil, al no encajar su estilo con el de las revistas de moda americanas, comenzó a trabajar para la editorial Conde Nast y fue a partir de los cincuenta cuando su carrera cobró un gran impulso, multiplicándose sus exposiciones. Doisneau y Cartier-Bresson manifestaron públicamente su deuda artística con el húngaro y el segundo llegó a decir de él: Inventemos lo que inventemos, Kertész siempre fue el primero.
En 1981, tras la muerte de su mujer e inmerso en una fuerte depresión, creó From my Window, serie formada por imágenes de los objetos y habitaciones que había compartido con su esposa, la también fotógrafa Erzsébet Sali. En 1984 volvió a Hungría, donde fue condecorado con la Orden de la Bandera de la República Popular, y al año siguiente falleció.
Las fotografías que podremos ver en la Fundación Carlos de Amberes proceden de la donación que el artista realizó al Museo Húngaro de Fotografía, cuyo director, Peter Baki, es el comisario de esta muestra.
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