A los 12 años revelé mi primer carrete en blanco y negro en una de las clases de pre-tecnología en EGB, de casualidad no velé el negativo.
A los 16 me aficioné al blanco y negro presentando en concursos de regularidad locales y comarcales consiguiendo un par de trofeos locales sin demasiada importancia pero con muchísima ilusión para continuar haciendo fotografía, de hecho me gustaba encuadrar, enfocar, medir la luz, disparar... luego revelar y positivar mis tomas cortas de luz, quemadas o lo peor encuadradas que sabía en blanco y negro, pero eso me enseñó a hacer buena fotografía, original y muy personal ya que nunca he asistido a ningún cursillo práctico ni técnico ni nada. He aprendido quemando miles de carretes al igual que miles de pesetas.
A los 18 hice mi primer reportaje de boda por cuenta de un fotógrafo muy conocido de mi zona, fué él y otros que me enseñaron el arte del reportaje social y ahí me quedé, disfrutando de los fines de semana con mi equipo yendo de un lado para otro inmortalizando esos momentos inolvidables a miles de personas. Así continué hasta los 30 años con un fotógrafo, con otro y otro haciendo reportajes sociales hasta por mi propia cuenta, hasta que en el año 1990 la ilusión de mi vida se hízo realidad abriendo una tienda en mi barrio con un "familiar" que ponía el dinero, su señora y yo la llevábamos.
No obstante acabó muy mal la aventura por desgracia.
Continué comprando carretes y pagando revelados en 15x20 a precio de oro cada copia y álbums de piel a trancas y barrancas para poder seguir adelante con lo mío y no abandonar el trabajo que más amo y el que me hace sentir realizado.
Llegó la (entonces) odiosa fotografía digital... yo no la quería... soy de la vieja escuela pero los tiempos cambian y hay que amoldarse como sea.
Un amigo me vendió su Sony Fine Pix bien de precio y ahí empecé con lo digital, luego el ordenador, los editores... luego la NIKON digital por fín...
Actualmente voy aprendiendo a retocar, editar, en fin... algo voy haciendo y no va mal.
Es muy duro cuando quieres conseguir un trabajo el cual lo sientes en tus carnes sin tener un padrino y al mismo tiempo ver a muchos oportunistas que abren su tiendecita y triunfan como los mejores.