Pintura | Pintando con vino


Nacido en Capital Federal, Sebastián Manassero hace 15 años que se instaló en la ciudad de La Rioja y descubrió el arte de pintar con vino. 

“Me entusiasmó todo lo que se puede conocer del vino mirando televisión. Descubrí lo que puede expresar, sus maridajes, los varietales y con amigos comenzamos a deleitarnos con la degustación de distintos tipos de vino”.

Manassero manifiesta que el mejor vino para pintar es el estacionado en vasijas de robles y los mejores colores se dan en los vinos buenos. La técnica de la pintura es similar a las de acuarelas, aunque al ser un material tan dúctil, puede utilizarse en varias formas, nos comenta.

“Utilizo distintos vinos y los voy haciendo más claros con vinos blancos”. También descubrió que la calidad y los años de estacionamiento varían el color.
El vino Malbec es violeta azulado, mientras que el Cabernet Sauvignon es rojizo y el vino del varietal Bonarda es gris, nos dice, sin saber muy bien el porqué de los distintos colores que proporciona cada varietal.

Usa vinos estacionados, porque según aduce, “las manchas son mejores”. Ha realizado retratos, paisajes, figuras abstractas y toda mancha que se le ocurra. “El vino es mancha y no sale más”, menciona cuando le preguntamos sobre la calidad de sus “vinadas”. El soporte que utiliza es el mismo papel que se usa en acuarela y también ha hecho el intento de pintar en tela pero “no se puede porque el vino se expande y no se puede pintar”. Su inspiración la encuentra escuchando música de jazz, “influye mucho en mí”.

Sus pinturas comienzan con manchas desparramadas desde lo alto, aunque también realiza dibujos previos que le permiten ir formando la idea de los colores que pondrá en esos dibujos, y por ende, que tipos de varietales serán los más apropiados.
Manassero no solo pinta, es estudiante de kinesiología y está por comenzar la carrera de chef, “con muchas expectativas porque me encanta cocinar y compartir con amigos. Creo que todo lo que nos gusta hay que atreverse y hacerlo”, nos señala con entusiasmo.

Además de todas sus inquietudes, ha ideado su firma para los trabajos en un corcho muy imaginariamente tallado por él.

Una novedosa técnica de pintura realizada con el cuerpo del vino tinto a blanco, que ya tiene varios adeptos y que quizás sea bautizada como Wine Art.


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