Infancia
Nací en 1950 en Barcelona, dentro del seno de una familia humilde. Ya de pequeño, con dos o tres años empecé con mis inquietudes artísticas: tenía bastante habilidad en las manos y una excelente imaginación. Mi vida artística empezó a los siete años, cuando comprendí que todo mi aliento vital rondaría en torno al arte y sus manifestaciones.
Barcelona
A medida que comenzaba a pintar, descubría un mundo fantástico y entré en la escuela de la LLotja de Barcelona, para comenzar a dar forma a mis inquietudes.
Con el pintor Joseph Curtiella fui aprendiendo los pasos del dibujo y las secretas técnicas del color y de las formas. Tuve como profesor a Bermejo, buen retratista y pintor clásico de academia y a Lluis Muntaner. También a Planas Gallés, que ha quedado para la historia del arte como un pintor de buena factura impresionista. En modelado y escultura fue Buidas, el escultor de la fachada de la catedral de Girona.
Comencé a compaginar la escuela de la Llotja con la Escuela Superior de Bellas Artes. Allí tuve como maestros a Miquel Farré y Mestres Cabanes, quienes me enseñaron procedimientos pictóricos y perspectiva. Por la noche, asistía aún al Circulo Artístico de Barcelona, donde entablé relación con varios pintores como: Tarrasó, Puigdengolas, Barella y Pruna. El Círculo era el lugar de reunión de los grandes pintores de Barcelona.
San Jaime. 60x40. 1958.
A mis diecisiete años empecé a complementar mis clases en la Escuela de Bellas Artes con mis particulares estudios anatómicos realizados en el depósito forense del Hospital Clínico de Barcelona.
París
En 1968 inicié un curso de seis meses de pintura en la Escuela de Bellas Artes de París, donde empecé a conocer a los maestros antiguos y aprendí a valorar la libertad de expresión en el tratamiento de la pintura clásica. Durante este tiempo estuve realizando retratos en la plaza de Montmatre.
Florencia y Roma
De vuelta a Barcelona, obtuve una beca de la Escuela Superior de Bellas Artes, para una estancia en Florencia y Roma. En Florencia realicé el curso de composición mural y dibujo clásico. En Roma asistí al estudio de pintura de Pietro Santi, un señalado académico.
Mis estudios, cuando no eran becas me los costeaba trabajando en una empresa de hierros artísticos. Así aprendí el oficio de la forja, del que todavía hoy presumo, pues el hierro es un material extremadamente noble si se sabe trabajar.
La pintura Mural : Barcelona, Almazán y Girona.
Mi periodo como muralista se inicia con la pintura mural de la iglesia de Ntra. Sra. de la Salud, en la calle Larrat de Barcelona: todo un baptisterio de cien metros cuadrados.
A esta obra siguieron diferentes murales en casas particulares de Vic y Barcelona. En 1990 surgió el proyecto de pintar la vida de Jesús en la iglesia de la Villa de Almazán (Soria), que data del s.XVII. Se puede contemplar hoy el tema de la Natividad y del Calvario. En Sant Climent de Sasevas realicé tres murales referidos a las telecomunicaciones, la construcción y otros temas decorativos. Otros murales realizados en esta época tratan sobre alegorías sobre la industria, el mar, la agricultura, la recogida de naranjas en Valencia …
A los treinta años realicé una de las obras de las que me siento mas orgulloso, el cuadro “La cena de la Cultura” (2x3 metros), obra que enlaza en el contexto de la crítica social, con las vanguardias pictóricas.
Entre los años 1970-80, realicé varias exposiciones de pintura en Barcelona y Berlín. Ejercí el oficio de restaurador de obras de arte. Eran momentos en que mi pintura cobró tintes muy especiales con tendencia al dramatismo y al mundo tétrico.
Madrid
En Madrid, donde estuve viviendo, me dediqué a la pintura de caballete, con exposiciones en la galería Ces. Definitivamente , mi pintura se iba decantando hacia el clasicismo estilístico.
Nueva York
Empecé a viajar para contrastar mis conocimientos y técnicas sobre el color y el dibujo con otros métodos y opciones. Viví siete meses en Nueva York, donde realicé una exposición de 23 óleos de gran formato, representando figuras femeninas. Esta exposición tuvo un éxito inesperado: en una sesión se vendieron todos los óleos.
San Francisco y Nuevo México
Durante mi estancia en San Francisco, que duró ocho meses, cambié de temática hacia los paisajes y marinas, realizando una exposición de óleos sobre paisajes de California y las playas del Pacifico, con gran impacto por la forma de tratar el color, que era sino la transposición de la luz del Mediterráneo.
De San Francisco viajé a Nuevo México y a México D.F., donde me impregné de los conocimientos sobre pintores muralistas que han hecho historia: Ribera, Xiqueiros y Orozco.
Perú, Chile y Argentina
A continuación me trasladé a Perú, estudiando la cultura inca y visitando la antigua ciudad de Machu Pichu, cerca de Cuzco. Interesado por las antiguas culturas visité la isla de Pascua, isla chilena situada en el Pacífico. Sus gigantescas esculturas de piedra volcánica marcaron de algún modo mi forma de pensar.
La última exposición de óleos que realicé en América fue en Buenos Aires, donde residí tres años dedicándome a la pintura de caballete, de variada temática y al retrato de personalidades, entre ellas, el Presidente. Indagué en los efectos de la luz austral, del paisaje y los estudios sobre el movimiento. Quedaron plasmados en varios óleos sobre el tema de los caballos.
Miscelánea
Como pintor, no es mi objetivo el número, en cuanto a la calidad de mi obra es una cuestión que le corresponde dilucidar al público. Tengo muy claro que mi opción vital es la pintura.
En mi vida artística quisiera destacar la formación profundamente técnica, de oficio, adquirida, que me permite dominar el óleo, el fresco, la pintura al huevo, la encáustica y, en fin, todo tipo de técnica, exceptuando la acrílica, la cual sustituyo por una pintura derivada de acetatos de polivinilo. Mi pintura de hoy es exclusivamente al óleo.
Formando en el clasicismo, mi obra nace de la fusión visual de la fuerza natural y la energía, controlada por la técnica.