La Galería por Josep M. Cadena
Revista Exit, nº 44. El Periódico
Sorprendente espacio de arte catalán en la Alta Cerdanya francesa
Pocos artistas son tan sorprendentemente creativos como Puigmartí, no solo instalado en sus sueños sino siempre dispuesto a plasmarlos para los demás. Pintó hermosas muchachas con cuatro o seis pares de senos, así como con vibrantes posaderas, pero también ahora da cuerpo a los demonios que habitan en el infierno de la mente.
Nacido en Monistrol de Calders en 1932, a los 12 años Puigmartí ya expuso en Castellterçol; en 1956 lo hizo en la galería Syra de Montserrat Isern, bastión del arte catalán que convenía mantener y también hacer avanzar, presentado por Sebastià Gasch, y en 1960 repitió con un texto de Juan Eduardo Cirlot para el catálogo; residió en la Suecia real, distinta de lo que sugerían las suecas de la Costa Brava, en Francia y en Estados Unidos; perteneció al círculo de los norteamericanos que admiraban a Salvador Dalí; dibujó y pintó para importantes publicaciones de Nueva York y gozó de los muchos placeres que dan vida, a la vez que la quitan.
En 1989 regresó a Catalunya, se instaló en Sitges y dos años después se sintió libre y arropado a la vez en el Hotel Estela de Aiguadolç –el hotel de las habitaciones pintadas por Xaus, Subirachs, Moscardó, Grau Garriga, él mismo y otros –donde ha consolidado su amplia capacidad imaginativa en lo plástico.
Ahora Puigmartí tiene, además,un espacio permanente en el centro de Bourg-Madame, junto al ayuntamiento que fue La Guingueta d ’Ix, oficialmente rebautizada a partir de 1815, a la caída de Napoleón, en honor de Maria Teresa Carlota, duquesa de Angulema e hija de Luís XVI. En lo que, en principio, fuera centro de turismo, se ha habilitado un espacio con cuadros y las esculturas de Puigmartí, con sus sorprendentes alienígenos e instrumentos musicales que, huérfanos de sonido propio, ahora tienen presencia estética. Y en el exterior, con el reciclaje de grandes tubos de plástico, ha montado un monumento, que exhibe en lo alto los colores de la bandera francesa. Un creativo catalán en la Alta Cerdanya francesa.
Link: Artículo original de Josep M. Cadena