Biografia
Oscar león / biografía
Nacido en la ciudad de Caracas, crece entre bastidores, respirando aroma de óleo, trementina y tela, de la mano de su padre Francisco Castillo, (maestro de la pintura de Venezuela, merecedor de varios reconocimientos en su carrera artística), antes de la adolescencia da sus primeros pasos en la plástica, participa en su primera muestra en la sede de la gobernación de la localidad como “ingenuo” y obtiene el primer lugar, así inicia su inquietud de comunicar a través de la imagen.
Cursó estudios de “Dibujo” y “Anatomía humana” con varios maestros, se inicio en la “Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas”, los que abandona a la mitad por el “Diseño Gráfico”, también cursa “Técnicas de presentación para Directores de Arte”, y “Taller de Artes Gráficas”, “Dibujo Técnico Mecánico y Arquitectónico”.
Trabajó durante dieciséis años en la industria publicitaria para varias agencias de renombre, ocupando varios cargos desde Montador/diagramador, Ilustrador, Director de Arte y Creativo.
Asume la plástica como válvula de presión a los fuertes altibajos y contrastes afectivos y vivenciales en la etapa de su niñez y adolescencia, así como el estrés diario propio de la profesión. Hacia 1996 se incorpora a un movimiento denominado "Artistas desconocidos", exponiendo en dos colectivas organizadas por este.
“Mis trabajos están boceteados en la simbología subjetiva de los sueños, ellos además de la poesía, así como la complejidad y lo expresivo de la figura humana y en la infinita profundidad de la pasión y el amor, me dictan las pautas a seguir y los elementos que se irán agregando y conformando la obra, en ocasiones dibujo, superpongo unos con otros y trato de buscar su mensaje, así dejo que mis obras se expresen por sí mismas, que mis figuras con sus cuerpos griten lo que desean, sientan, experimenten, o denuncien, en ocasiones me salto las teorías y es porque ellos dictan su propio lenguaje, no me gusta etiquetarlas ni a las pinturas ni al estilo, solo manifiesto que provienen del sueño y eso las encasilla en el onirismo plástico y surrealismo. Me confieso un crónico enamorado, de la mujer, de la poesía, del amor, de la luz, de las formas, de los cielos abiertos de mi país, de la naturaleza, de la música, de Dios y su creación y eso trato de decirlo en mis obras. ¿Por qué cuerpos enraizados? Ellos forman parte del mensaje, el hombre a pesar de estar creado por dios y formado de la tierra muchas veces se siente que no forma parte de este y su egoísmo y desprecio es tal, que necesita destruirlo y/o negarlo tanto a dios como al planeta. Mis raíces siempre están “conectadas”, se retroalimenta tanto de la tierra como de dios, pueden estar alabando al creador, como estar entregados en una pasión, buscando al amor, luchando contra este, buscando un sueño o realizando una denuncia, pero siempre -y a pesar de encontrarse en una atmosfera onírica- están conectados con su realidad”.
Nacido en la ciudad de Caracas, crece entre bastidores, respirando aroma de óleo, trementina y tela, de la mano de su padre Francisco Castillo, (maestro de la pintura de Venezuela, merecedor de varios reconocimientos en su carrera artística), antes de la adolescencia da sus primeros pasos en la plástica, participa en su primera muestra en la sede de la gobernación de la localidad como “ingenuo” y obtiene el primer lugar, así inicia su inquietud de comunicar a través de la imagen.
Cursó estudios de “Dibujo” y “Anatomía humana” con varios maestros, se inicio en la “Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas”, los que abandona a la mitad por el “Diseño Gráfico”, también cursa “Técnicas de presentación para Directores de Arte”, y “Taller de Artes Gráficas”, “Dibujo Técnico Mecánico y Arquitectónico”.
Trabajó durante dieciséis años en la industria publicitaria para varias agencias de renombre, ocupando varios cargos desde Montador/diagramador, Ilustrador, Director de Arte y Creativo.
Asume la plástica como válvula de presión a los fuertes altibajos y contrastes afectivos y vivenciales en la etapa de su niñez y adolescencia, así como el estrés diario propio de la profesión. Hacia 1996 se incorpora a un movimiento denominado "Artistas desconocidos", exponiendo en dos colectivas organizadas por este.
“Mis trabajos están boceteados en la simbología subjetiva de los sueños, ellos además de la poesía, así como la complejidad y lo expresivo de la figura humana y en la infinita profundidad de la pasión y el amor, me dictan las pautas a seguir y los elementos que se irán agregando y conformando la obra, en ocasiones dibujo, superpongo unos con otros y trato de buscar su mensaje, así dejo que mis obras se expresen por sí mismas, que mis figuras con sus cuerpos griten lo que desean, sientan, experimenten, o denuncien, en ocasiones me salto las teorías y es porque ellos dictan su propio lenguaje, no me gusta etiquetarlas ni a las pinturas ni al estilo, solo manifiesto que provienen del sueño y eso las encasilla en el onirismo plástico y surrealismo. Me confieso un crónico enamorado, de la mujer, de la poesía, del amor, de la luz, de las formas, de los cielos abiertos de mi país, de la naturaleza, de la música, de Dios y su creación y eso trato de decirlo en mis obras. ¿Por qué cuerpos enraizados? Ellos forman parte del mensaje, el hombre a pesar de estar creado por dios y formado de la tierra muchas veces se siente que no forma parte de este y su egoísmo y desprecio es tal, que necesita destruirlo y/o negarlo tanto a dios como al planeta. Mis raíces siempre están “conectadas”, se retroalimenta tanto de la tierra como de dios, pueden estar alabando al creador, como estar entregados en una pasión, buscando al amor, luchando contra este, buscando un sueño o realizando una denuncia, pero siempre -y a pesar de encontrarse en una atmosfera onírica- están conectados con su realidad”.