Mark Debroux nació en Temse (1951), un pueblo situado en un meandro del río Escalda cerca de Amberes. Su juventud despreocupada transcurrió en Ichtegem, situado en la llanura oeste de Flandes, "Le plat pays" de Jacques Brel. Allí disfrutó de una vida cómoda, como era la vida antes de la llegada del ordenador.
Recibió su educación artística en la Academia de Arte de Brujas, la metrópoli medieval que conserva aún hoy una rica herencia de los siglos anteriores. Después de la Edad Media Gante, Amberes y Brujas sentaron las bases de nuestra pintura moderna.
A Debroux le gusta la cultura flamenca igual que la española. Es lo que se refleja en el espíritu de su obra. Ahora vive un pueblecito (Masllorenç) de la Cataluña montañosa situado entre Barcelona y Tarragona.En esa región tan rica de cultura y también de paisaje, el pintor encuentra a Van Gogh aún más que en la Provenza francesa.
Debroux es un artista profundamente apasionado al que le gustan los extremos y los temas llenos de expresión y de contrastes. Las dificultades técnicas y de composición no le asustan y de sus sugerentes composiciones, a menudo en colores muy vivos, emanan un gran fuerza dinámica y un temperamento explosivo. El conjunto de su obra muestra, sin lugar a dudas, los conocimientos adquiridos de los antiguos maestros de su propio cantón, como Rubens, Rembrandt y Permeke, o de los españoles Goya y Picasso, aunque Debroux desarrolla su propio lenguaje pictográfico con el alfabeto creado por aquellos artistas.
Debroux conoce profundamente el mundo que trata en su obra, su fuerza y su debilidad y utilizando medios barrocos pinta este mundo con una cierta ironía. Da la impresión de seguir la teoría de un célebre autor que decía que la vida es una sucesión de contracciones y estiramientos. El autor muestra que la contracción es anterior a la muerte y el estiramiento posterior y se refiere también al arrastrarse del gusano, al esfuerzo y al acto sexual. Así, Debroux pinta lo que le enseña la vida.
(Paul Vanderschaeghe)