Comentario realizado por: Manuel Mata Gil 924Arte - 2007-07-18 00:00:00
Título obra: El mite de Narcís - Pons-Tello Pons Tello nos da su particular versión abstracta del mito de Narciso, representado por la esfera o simbología circular dando una connotación femenina ante su mundo interpretativo de su concepto de belleza. Divide el espacio en dos hemisferios asimétricos. El hemisferio superior es el más denso y representa la realidad tangible, lo físico, la tierra, unida por una fina línea con el hemisferio inferior más extenso ,fluido, líquido..en constante cambio, en donde se consigue espejo, como cuando miras a un ojo y miras que te miran la profundidad del alma y te besan. Viéndote, sintiéndote dentro de un mar desconocido!! Próxima a esa esfera- narcisa, está otra que Pons Tello le da un reducido tamaño que denomino esfera- eco, en la unión con esta figura, radico el éxito de esta obra pictórica-escultórica. Ya que se nos plantea la reflexión del enamoramiento de la vivencia del Amor herido. La venganza se puede visualizar en término positivo, siendo los dos, Narciso y Eco los que manifiestan enamoramientos contrapuestos y a la vez complementarios ,al final caen las dos en la fuente, en la visión del espectador y su reflejo representa dicha dualidad en el hemisferior inferior. Absorto, la imagen puede hablar haciéndonos valorar innumerables aspectos. Narciso era un joven conocido por su gran belleza Tanto doncellas como muchachos se enamoraban de Narciso a causa de su hermosura, mas él rechazaba sus insinuaciones. Entre las jóvenes heridas por su amor estaba la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y por ello ésta le había condenado a repetir las últimas palabras de aquello que se le dijera. Eco fue, por tanto, incapaz de hablarle a Narciso de su amor, pero un día, cuando él estaba caminando por el bosque, acabó apartándose de sus compañeros. Cuando él preguntó “¿Hay alguien aquí?”, Eco contenta respondió: “Aquí, aquí”. Incapaz de verla oculta entre los árboles, Narciso le gritó: “¡Ven!”. Después de responder: “Ven, ven”, Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se negó a aceptar su amor, por lo que la ninfa, desolada, se ocultó en una cueva y allí se consumió hasta que solo quedó su voz. Para castigar a Narciso, Némesis, la diosa de la venganza, hizo que se enamorara de su propia imagen reflejada en una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de apartarse de su imagen, acabó arrojándose a las aguas. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso. Atentamente Manuel Mata Gil |