El ojo, un órgano que estimula los sentidos
14 de Septiembre del 2013 a las 06:13:37 0 Leído (867) veces
El ojo es un órgano que poseen algunos seres vivos para su supervivencia también es definido como un aparato que se compone de un sistema sensible a los cambios de luz, capaz de transformar éstos en impulsos eléctricos. Los ojos más sencillos no hacen más que detectar si los alrededores están iluminados u oscuros. Los más complejos sirven para proporcionar el sentido de la vista, esta definición se puede encontrar en internet pero nuestra intensión no es ser tan básicos ni quitar la verdadera importancia que tiene y ha tenido el ojo en las distintas generaciones de la humanidad. Actualmente el ojo está siendo atacado por una carga visual impresionante, por la explosión de un sinnúmero de imágenes que hacen al ojo un órgano más activo y que al mismo tiempo lo convierte en el receptor mas apetecido por la era del consumo, la importancia que tiene este aparato para la humanidad es sin duda la de la más alta posición, uno de los dichos urbanos tal vez más utilizados en nuestras sociedades para definir esta afirmación es “todo entra por los ojos” siendo una frase algo superficial.
En el renacimiento varios artistas estaban generando una gran revolución a la hora de mirar, la oralidad paso a otro plano y lo visual se convertía en lo interesante, en lo que marcaba a una clase, la iglesia pedía frescos que los acercaran al cielo, las personalidades de las clases altas pedían que sus rostros aparecieran en oleos, las ciudades se convertían en galerías de arte con esculturas, mosaicos y una arquitectura exquisita. Leonardo da Vinci que pertenecía a esta época de florecimiento es el vivo ejemplo de la necesidad de transformar el mundo a partir de una buena mirada, es cuando la anatomía, la medicina, inventos de maquinas sofisticadas y pinturas con miradas profundas hacen del ojo la herramienta más contundente y eficaz en lo que tiene que ver con los sentidos.
Las siguientes generaciones fueros ampliando sus conocimientos en todas y cada una de las manifestaciones artísticas, culturales, científicas entre otras, y valorando así el órgano llamado ojo que aunque no es vital si es de suma importancia para la construcción de una civilización. La intensión no es desvalorar a los otros sentidos sino comprender al ojo como un medio de comunicación entre el alma y el exterior los cuales están separados por la carne es decir por nuestro cuerpo que podríamos llamarle “la celda del espíritu”. El ojo de un pintor se enfrenta con la construcción de imágenes después de haber sido absorbidas por su ojo y llevadas al inconsciente para reconfigurarlas y reproducir en un lienzo lo que verdaderamente quiere manifestar su alma.
Leonardo tenía una óptica diferente a la de otros artistas, para él, pintar no era el todo, se sabe que muchas veces sus trabajos quedaron inconclusos sin terminar y que su pasión era el conocimiento, el saber. Según el psicoanálisis Leonardo centro su placer en el saber sustituyendo la curiosidad sexual por la pulsión de investigación llamada “pulsión epistemofilica” esto planteado por Lacan coincidiendo a partir de una investigación de Freud. El ojo de Leonardo era analítico, el mirar era contemplativo podríamos definirlo en un ojo futurista e introspectivo, en este caso su mirada era de adentro hacia fuera y lo manifiestan con sus inventos descontextualizados de la época, y sus adelantos científicos que afirmaban la desconexión que sufría mientras hallaba respuesta a sus interminables preguntas, muchos de sus invento, investigaciones y obras han sido la base de la revolución tecnológica que vemos en la actualidad.
Si la mirada es lo que el ojo emite, entonces podremos decir que la mirada es una acción, afirmar esto tal vez haga que el mirar pierda su esencia y se convierta en un sinónimo de observar, aunque Lacan dice que esta acción es desprender al ojo de lo que emite, separar al ojo de la mirada para que caiga al mundo, esto quiere decir que quien la emitió ya no es dueño de su mirada y pasa a estar rodando por el mundo.
La mirada ha sufrido cambios alrededor de la historia si antes mirábamos por el ojo del telescopio de Galileo Galilei para acercarnos más a los astros o por el ojo de la cerradura irrumpiendo con la intimidad del que es mirado, ahora existen artefactos que se han convertido en extensiones que amplían las posibilidades de mirar si queremos tener lo que está lejos nos acercamos con el zoom y listo también tenemos el mundo con solo dar un clic en una computadora y por el otro lado somos nosotros atacados constantemente por los que nos miran y antes de mirar ya nos han disparado con ojos de aprobación, validación, amor, envidia, admiración, desprecio, y hasta nos pueden meter en pantallas para que muchos nos miren.
Si vemos, el mirar a perdido bastante su esencia, como todo en las nuevas épocas, el deleite del ojo al igual que su apetito es regido por las modas y el consumismo que impone la elite, si un hombre mira a una mujer que no cumple con la estética del momento es un personaje con mal gusto, lo cierto es que el ojo a través del tiempo ha tenido diferentes estímulos visuales que han hecho de él una lente con cortinas de piel que captura imágenes en ocasiones sobresaturadas e insensibles, convirtiéndose en el “yo” como lente, aunque no ocurre en todos los casos.
El ojo pasa finalmente a entenderse como el participe activo de la revolución visual que ha logrado ubicarse en el punto más alto de los sentidos, aliándose a las nuevas tecnologías que se convierten en extensiones que aseguran y mantienen su posición, ahora en estos momentos en donde la globalización involucra a casi el planeta entero, el ideal es mantener los ojos bien abiertos preparados para las nuevas tendencias, creando una conjuntivitis de consumo que convierte al ser humano en un código listo para recibir la felicidad momentánea que dan todas estas parafernalias visuales que calman un poco la ansiedad y el hambre del ojo domado por los medios de comunicación.
Leo Berbesi