Criticas de marzo del 2013
09 de Junio del 2013 a las 21:50:55 0 Leído (1019)
Majestuosidad en plumilla 18/03/2013 La Opinión de Murcia
Siempre es distinta la mirada de Juan Heredia Gil a la Catedral de Murcia, al Palacio Episcopal o al Ayuntamiento de Cartagena, «un edificio precioso» que este cartagenero ha dibujado al menos veinte veces. «Estos edificios majestuosos son una cantera inagotable », asegura el pintor que ahora expone en Chys. Y él los mira, con esa visión «diferente» que a veces tienen solo los artistas -«nos fijamos en detalles que pasan desapercibidos para mucha gente»,
confiesa- y los retrata enteros o apuesta por solo «por retazos, trozos» que llaman su atención.
Con su plumilla y la tinta sepia juega con los claroscuros, aunque en esta ocasión los detalles de color ganan protagonismo. «Hace unos tres años empecé a dar unos pequeños toques, aunque aquí hay más color», explica este pintor de formación casi autodidacta que cree que, ahora, sus obras «salen ganando, no a nivel de realismo, pero son más alegres y vistosas». Hasta ahora prefería Heredia «la calle desnuda en contraste con la majestuosidad y la grandiosidad de los edificios», aunque ahora por sus cuadros se pasea tímidamente la figura humana.
Empezó a trabajar con tinta «por obligación» cuando tenía 15años. «En mi casa no podía darme el lujo de tener un caballete o comprar óleos, así que fui reduciendo todo hasta la mínima expresión», recuerda, y dice que en algún momento le hubiera gustado estudiar Bellas Artes. Sin embargo, la pintura no fue finalmente su profesión -es maestro de Primaria-, sino «un hobby». Pero no se queja: «Hago lo que me gusta y si además puedo hacer exposiciones y a la gente le gusta...»Lleva muchos años pintando con tinta y se encuentra «cómodo» con esta técnica. «Me resulta absorbente, me relaja porque me absorbe», añade, aunque también confiesa que siempre «suscita un poco de inquietud, porque sabes cómo empiezas pero no cómo acabará la obra y porque cuando haces un trazo ya no hay marcha atrás».
«Paciencia, técnica y trabajo» dice que son las cualidades imprescindibles que debe tener un pintor que trabaje con esta técnica, ya que para dibujar la fachada de la Catedral, por ejemplo, necesita un mes de trabajo –dedicándole 2 ó 3 horas diarias-.Con las fotografías que realiza de los lugares que luego pintará ahorra tiempo. Hace un boceto en
lápiz y luego se traslada al lugar para «hacer la corrección completa, porque las fotografías no muestran las realidad». Como muchos pintores, acostumbrados al trabajo solitario, no lleva bien ser el centro de atención, aunque asegura
que «la gente es siempre muy prudente y siempre dicen que le gusta lo que haces».
Heredia ha logrado eso tan difícil que es «tener una técnica propia, que el público identifique la persona con el cuadro que está viendo», y como reconoce que cuando intenta retratar a una persona, la obra «no sale como tendría que salir», seguirá descubriendo y redescubriendo con su mirada los edificios de la Región.
Dibujos de Heredia Gil, en Chys . Ababol (Semanario cultural de La Verdad) 23/03/2013
Los dibujos de Juan Heredia Gil parecen plasmar, a veces, un paisaje urbano idealizado.
Se ha centrado, lógicamente, en el centro de la ciudad; y, como no podía ser de otro modo, esos céntricos monumentos son los que ha dibujado con tenacidad propia de máxima paciencia. La catedral, el palacio episcopal, el palacio de San esteban, fachada de Santo Domingo… son algunos de los edificios monumentales que Juan Heredia Gil ha dibujado, para exponerlos actualmente en Chys; también, se ha esmerado en determinados detalles, como columnas o capiteles, sobre los que ha vertido la autoridad que demuestra en cualquiera de las obras expuestas, pero también la dificultad que supone reproducir cuanto se visiona. Es un modo de convertir en un realismo muy directo y muy trabajado y de llamar la atención sobre esos edificios que, a diario, pueden contemplarse en toda su grandeza, pero que, con más frecuencia de la reclamada, es necesario que alguien los 'rebaje' a unos tamaños casi mínimos, para que podamos captar el detallismo artístico que encierran. Podría parecer que se trata de obras aparentemente frías, porque no se le ha inyectado la atracción que encierran los colores, respondan a no a la veracidad de lo que representan. En el caso que nos ocupa, Juan Heredia ha recogido el tenue cromatismo que muestran el palacio episcopal, por ejemplo, y lo ha acompañado de la penumbra que ocupa el acceso al patio interior, como método más adecuado de captar esa veracidad de lo existente. No es necesario el cielo cubierto de nubes o de puros azules, como no lo es la presencia humana, que más bien solo sirve, cuando se considera necesaria, de pura anécdota. La pretensión es que cada cuadro sirva de testimonio de una ciudad que todavía conserva, pero que tan maltratadoramente se ha comportado con edificios de elogioso renombre y de artísticas hechuras. Cierto que, a veces, las querencias de Juan Heredia parecen plasmar un paisaje urbano idealizado, desprovisto de todo inconveniente; pero es su pretensión: que la hermosura del monumento no se sienta minimizada por lo despreciable.
http://ababol.laverdad.es/cronica-actualidad/4462-entre-tradiciones-perennes-y-la-ciudad-desierta