Seguramente el pensamiento es lo único verdaderamente libre que poseemos. En ocasiones, y con la intención de compartirlo, nos convertimos en cómplices de diferentes lenguajes através de los cuales compartimos con algunos pocos esa porción de libertad que consideramos en propiedad.
La plasticidad que me otorga la forma, la textura y el color es el lenguaje que yo empleo para expresar, para sentir. Y en ocasiones si lo consigo, para compartir.