Síntesis - Juan Carlos Callejón
Juan Carlos Callejón, de la potencia del gesto, presencia en el espacio, color. Por Joan Lluís Montané de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA.
Juan Carlos Callejón indaga en la potencia del gesto, en la presencia del espacio. Nutre de formas sinuosas, de gestos, de movimientos que abrazan la evidencia de lo que está cambiando, porque en el movimiento está la fuerza de la transmutación.
Todo cambia, energía de la biología, vida, existencia, estructuras y enlaces que bailan la danza de todas las danzas, que perfilan alegorías, composiciones, paisajes, elementos, momentos, organicidades, alusiones y evidencias, también exhiben aquello que parece pero no es.
Asimismo indaga en lo abstracto a partir del gesto, pero construyéndolo, sin renunciar a su perfil, porque el gesto se fundamenta en la posibilidad de ir más allá de la alegoría de lo que es.
El gesto para Juan Carlos es organicidad, forma, estructura, elementos que constituyen la base de la propia configuración de una actitud que se instala en lo emblemático.
Una emblematicidad que no es gratuita sino todo lo contrario. Una emblematicidad que es singular, porque apercibe mundos extraños a partir de lo real, aunque abstracto, fundándose en el poder evocador energético que emana del gesto para posicionarse en lo fundamental básico.
La verdad es la evidencia de lo que existe. Una evidencia que se halla inmersa en lo sustancial de la existencia.
Es un creador abstracto, que se interesa por la apariencia de la vida, en cualquiera de sus formas, integrándolas todas, buscando una síntesis que no sea excesivamente descriptiva.
Conecta con la forma para ser fondo en lo inmenso de la evidencia sincrética. En este contexto el color es importante, en primer lugar porque abre caminos, aperturas hacia una singularidad que, a veces, nos recuerda la parte que conecta con los espíritus, con la presencia de seres que están más allá y que se reflejan a través de los atisbos, en este caso, de formas al viento en el espacio, donde el color nos recuerda la vibración y nos abre la puerta hacia la escalera energética.