José Cukier - El Lenguaje del Ausente
José Cukier, el lenguaje del ausente y los gritos del silencio
Artista plástico y médico psicoanalista, José Cukier siempre ha compaginado ambas profesiones, siendo un creador específico, instalado en la mente y la memoria, en el subconsciente y la dinámica de lo que ocurrió o va a suceder.
La actual exposición titulada El lenguaje del ausente es fiel reflejo de su predisposición a investigar y plasmar aquello que no se ve de forma directa pero que es.
El lenguaje del ausente es una serie pictórica que está basada en personas, gentes que no están entre nosotros y que han sufrido persecución, tortura, represalias políticas, en definitiva, de aquellos privados de libertad en todos sus ámbitos.
Sus obras nos hablan con belleza del alma dolorida, privada de ingredientes y alicientes positivos, pero, que, sin embargo, está ahí. Capta los gritos del silencio, la fuerza de la energía contenida en aquellos que sufren, que les cierran el camino de la auténtica evolución.
Plasma con letras, signos, iconos, con una notable ironía escondida en los pliegues expresivos del color y, también, en los títulos de algunas de sus obras, para poner los puntos sobre las íes desde el punto de vista de una realidad que puede llegar a ser más terrible de lo que nos podemos imaginar.
Sus obras son intensas, de colores contrastados, incendiarios o bien sutiles, pero tristes y melancólicos. También hay ciertas alusiones a lenguajes vanos, a frases ambiguas, a creencias en las que se puede o no creer pero que las plasma en una interrogación.
Exhibe las expresiones de una realidad inquietante, procedente de los desesperados que no están, pero son, cuyas voces resuenan en el desierto, no pertenecen a una nacionalidad concreta, sino que son partes del todo que es el mundo que nos ha tocado vivir.
Su pintura actual es expresiva, planteada dentro de una dinámica abstracta, donde la no forma predomina, pero, dentro de parámetros en los que el creador argentino plasma su intención directa con respecto a aspectos de una árida realidad a la que alude mediante signos, letras, evidencias, insinuaciones e iconos.
Conecta con el sufrimiento, con el no vivir al que sometieron a quienes no están o no estuvieron entre nosotros durante largas temporadas.
Es un creador que conecta con el alma humana, con la faceta del dolor y de la evidencia de lo melancólico, mostrándonos el sufrimiento, el desgarro, la no vida, la desesperación última, la gota de vida postrera de manera bella, es decir pictóricamente estudiada, con todos los matices, con carácter, con la fuerza de quien necesita ser el nexo de unión que comunique ambos extremos del laberinto.
No todo lo que existe está reglamentado, hay muchas energías que se encuentran al margen de lo tradicional normal. Las energías de quienes no están o estuvieron, pero que existen o existieron, siendo personas, muriendo o viviendo como seres humanos. Todo ello expresado con la intensidad de quien se nutre de lo real, positivo o negativo, o bien de ambos, porque los polos opuestos conforman la propia vida. La chispa de la energía es fruto del choque de vivencias e intereses.
José Cukier capta la parte álmica de quienes están ausentes pero son, en línea con la ascensión energética, con la facultad de ser represaliados, pero que, al mismo tiempo, se encuentran posicionados en la dinámica de la lucha vital.
La existencia somos todos, nosotros, vosotros, aquellos, los presentes y los ausentes, cuyos gritos del silencio configuran el lenguaje del ausente que ha plasmado José Cukier en su obra pictórica más reciente.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA)
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