El Paisaje Interior de Liz Cáceres
Liz Cáceres artista plástica Argentina.
Exposición del 31 de Julio al 18 de Agosto del 2006.
Joan Lluis Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte
Exhibe acuarelas de paisajes que poseen una impronta de libertad, no exentas de un cierto bucolismo, altamente sensuales, mostrando cascadas atractivas, salvajes, lejanas pero, a la vez, civilizadas. Asimismo se adentra en el interior del bosque, en el que halla la explicación del misterio, aunque no nos lo muestra. Mantiene el interrogante, dado que se interesa por los prolegómenos, se adapta a la sutilidad de sus esencias, para sustentar la pregunta, la incógnita de la existencia.
Podemos adivinar sus intenciones, porque, aunque se interesa por la forma exterior, su cuidada selección de elementos no es fruto del azar. Intenta ser ella misma convertida en vibraciones, en paisajes, cascadas, cielos y caminos recónditos.
Nos muestra una clara civilización interna, sutil, encumbrada en la posibilidad de la persistencia de la memoria elegante de una artista que indaga en los prolegómenos de la caricia del sentimiento.
Contemplamos flores de gran tamaño, plano americano, primer plano, abiertas, esperando ser polinizadas, paisajes, árboles, verdor contenido en el marasmo de la vegetación. Un ángel, cara de ángel, espíritu de ángel, esencia de ángel, labrado en piedra, que mira, nos mira, que se constituye en símbolo, en signo de una pureza que refleja en su obra de paisaje.
Es una buscadora de la naturaleza, de los elementos naturales de los que procedemos, mitificándolos, envolviéndonos en atmósferas reales, pero que desprenden un halo de misterio, casi por descubrir.
En su primera exposición Liz Cáceres ha optado por la fuerza de la suavidad cromática de la aguada. Verdes, violetas, blancos, azules, marrones y rosas, en conjunción, buscando su ubicación en la zona en blanco del espacio.
No pretende dibujar excesivamente la composición, dado que lo importante es generar la atmósfera adecuada, calibrar su estructura, afrontar la predisposición en apuntalar la determinación de la sutilidad, en la manera de ubicar los elementos que forman parte de la misma.
Es una buscadora de ideas, que luego transplanta en bodegones, paisajes naturales, escenarios de casas, flores y vegetación. En ocasiones no sabemos a ciencia cierta si es la idea y luego el paisaje o bien es el paisaje que le nutre de ideas. Lo que está claro es que no busca la mera representación de la naturaleza o de los elementos de la realidad, sino que los emplea para conseguir el efecto alegórico deseado. De ahí que no sea determinante en su pintura a la acuarela el dibujo, aunque si es importante, porque parte de una referencia que no quiere traicionar.
El empleo del color está muy pensado, porque en su pintura no hay nada vano, sino que las diferentes gamas, tonos, transparencias, están dispuestos con naturalidad, pero con eficiencia para apoyar la sensación, el sentimiento o la caricia de la singularidad de los estados de la conciencia.
Sus atmósferas se nutren de agentes atmosféricos, derivados de las connotaciones del paisaje, pero, además, producidos por la idiosincrasia de los distintos estados de ánimo de la creadora. De esta forma, sentimientos y formas se funden.
Hipólito Restó & Arte
Sarmiento 948
Buenos Aires - Argentina-
Camino a la Cascada de lo...